40. LAS DOS ESPAÑAS (SERVITUD)
Llegó padre y se sentó…
Llegó como si hicieras apenas un rato que había salido de casa…
Llegó y no recuerdo besos ni abrazos.
Me vienen a la memoria los ojos inquisitivos de mi madre; los de mi padre… perdidos.
Cicatrizaron las heridas, las superficiales, las que se ven.
¿Las otras? Nunca llegamos a profundizar tanto.
Llegó padre, pero la alegría de su llegada vino con un velo de tristeza.
La abuela lloró de alegría el regreso de su hijo, a la vez que lloraba de pena por la muerte del gemelo.
Se puso luto y lo llevó casi toda su vida.
Digo “casi” porque se lo quitó el mismo día que murió padre.
Entonces no lo entendí.
Virtudes, nosotros nunca sabremos, espero, lo horroroso de una guerra civil.
Un drama bien contado que te deja con mal cuerpo.
Un beso
Gracias Epi.
He ocupado el lugar de esas personas que sin comerlo ni beberlo, pagaron el pato de las «cabezas pensantes». Y te lo juro se me ha puesto una mala uva…
Besos.
¡Qué guerra tan bien contada sin mencionarla!
Gracias Edita por tu comentario.
Me alegro de que te guste. Saludos.
Una contienda fraticida entre hermanos no se puede simbolizar mejor que con una pareja de gemelos. El perdedor deja el dolor de su ausencia; el ganador no tiene nada que celebrar, sólo es un superviviente, posiblemente lleno de remordimientos. A la madre, que quiso a los dos por igual, sólo le queda sufrir por ambos.
Has expuesto toda la crudeza de nuestra guerra con brillantez, estilo e inteligencia.
Mucha suerte y un saludo.
Hola Ángel.
El «ganador», como bien dices, es un superviviente con muchos remordimientos.
Y aún así la madre sigue queriéndole por más que le pese.
Saludos. V.
Buen texto. Una guerra civil convierte en enemigos a todos, sembrando el odio entre quienes vivían en paz, y eso porque a algunos les interesa enfrentarnos. Ojalá, como hace la madre, nos quitemos ese luto, pero antes habrá que arrancar muchas estatuas.
Un saludo
JM
Hola Juan.
Como bien decía Ángel en su comentario la figura del gemelo es un símbolo, como también lo es la del luto.
Pero ese luto está tan incrustado en la piel…
Saludos.
Virtudes, admirable tu forma de retratar la sinrazón de una guerra que enfrenta y divide a familias. La madre se puede quitar el luto solo tras el reencuentro de sus dos hijos. Me ha encantado. Original e inteligente el anagrama con tu nombre. Abrazos.
Las guerras siempre carecen de razón de ser.
Más aún cuando es civil. Los diferentes puntos de vista enfrentan y dividen. Y los verdaderos damnificados son los de alrededor. Simples espectadores, pero con una visión neutral que no se atreven a exponer.
Abrazos.
Por cierto Salvador, el anagrama viene de tiempos atrás.
Alguna vez lo he utilizado en ENTC.
Jugando con las letras de mi nombre encontré esta que tenía sentido.
Me gustó y ahí está. Celebro que te guste.
Precioso, Virtu. La sucesión de párrafos le da un ritmo muy bonito al relato y parecen puntadas de tristeza para zurcir esas cicatrices que no se ven.
Besos
Mi querida Mª Jesús.
No sabes cuánto me halaga tu comentario. Visto desde los ojos de una persona joven que no entiende lo que pasa. Que sólo ve lo que más le impacta.
No hay besos, ni abrazos. No hay fiesta por la llegada del padre.
Los llantos de la abuela que se confunden. Y esa madre que calla pero que sabe todas las respuestas. Tantas heridas abiertas.
Besos.
Muy buen e inquietante.
Gracias M. Carmen por tu visita.
Saludos.
El título lo explica todo. Muy buen relato, profundo y desgarrador. Este mes nuestros relatos coinciden en espacio y tiempo.
Suerte Virtudes y un beso.
Estimado amigo Juan.
Sigue escuchando esas historias de tu madre, disfrútalas, y transmítelas a tu prole. Que no se pierdan, Que sirvan para aprender a separar lo bueno de lo malo.
Ojala y aprendiéramos de los errores cometidos por nuestros antepasados.
Pero nadie escarmienta en cabeza ajena.
(…)
Con un vestido veraniego de alegres colores me despido de tí.
Muchos besos.
Hola Rafa.
Profundo y desgarrador. Así es. Y este tema que no pensaba ni tocarlo.
Este mes vamos a terminar con dolor de corazón.
Dices que coincidimos, te he buscado y no veo tu relato, o ¿se está procesando?
Un beso.
Está en la despensa, madurando.
Virtudes, muy apropiado el poema que cita Ana, con cuanta sutileza; dentro de las imagenes tan claras que nos brindas, muestras el resultado baldio de esa guerra. suerte y saludos
Toda guerra, aún para los ganadores, debería ser baldía.
Los que la provocan, deberían medir las vidas que una guerra se lleva y las familias que destroza.
Un abrazo.
Hermoso simbolismo de un horror que no debería pasar nunca más, pero el tiempo, igual que cura, entierra todo y las nuevas generaciones olvidan lo que no han vivido, sino solo escuchado. Me ha gistado, Virtudes.
Nadie escarmienta en cabeza ajena.
Por eso los que declaran las guerras creen que lo van a hacer mejor que sus predecesores.
Así van las cosas.
Un abrazo.
Gracias Ana por tu comentario y por dejar esas pinceladas del gran Antonio Machado.
Muchas gracias. Un besazo.
Original manera de plantear a los adversarios en una guerra. Dos hermanos gemelos, nadie gana, todos pierden, esa es la moraleja que veo en tu relato.
Bien contada, me ha gustado.
Eh!! que se me olvidaba. Un beso Virtudes.
ahora si, me voy, Bye.
Eso es lo que he querido transmitir.
En una guerra todos pierden. Un beso muy grande para ti y muchas gracias por tu visita. Muak.
Familias divididas, heridas que nunca cicatrizan. La locura de una guerra y los ecos del dolor. Un relato que remueve, Virtudes. Un abrazo
Gracias Concha por tus palabras llenas de razón.
Un abrazo.
¡¡jo!! ¡¡que bueno el final!!
Genial tu visión, bueno, genial cómo lo cuentas, de genial «eso» no tenía nada.
Vaya ! Me parece que te ha gustado.
Y sí. .de genial » eso» no tenía nada
Un abrazo.
Virtudes preciosa forma de retratar una guerra civil donde hasta los más unidos pueden convertirse en enemigos de un día para otro.
Muy bien contada.
Un beso
Lo peor es que esta situación se ha dado realmente.
¡qué pena!
Un beso.
Una narrativa cercana a lo poético que te deja patidifuso de lo tonta que es la humanidad con el arte de la guerra.
Bueno arte, asco mejor dicho.
Asco de guerras!!! y aún siguen provocándolas y seguirán mientras haya… iba a decir humanos, pero los que las provocan son de todo menos humanos.
Saludos.
Hubo familias rotas peleando en bandos contrarios y en ocasiones incluso debían pasar navidades juntos antes de denunciarse los unos a los otros.
Batalla perdida en todos los frentes.
Abrazos y suerte Virtudes.
Y mientras los sufridores, casi siempre las madres apretaban la boca y callaban.
Un abrazo, y un orgullo tenerle por aquí señor Montesinos.
Nadie gana en una guerra fratricida. Esperemos haber aprendido de esa mala experiencia que aún retumba vergonzosamente en nuestras cabezas.
Con una madre sufriendo por la pérdida de un hijo y alegrándose por la recuperación de otro el relato es sobrecogedor y está cargado de silencio y resignación.
Buen trabajo Virtudes es excelente para no olvidar.
Ahora si lo entiendo.
Me imagino a esa pobre mujer cada vez que mirase a su hijo. Seguro que intentaba saber el porqué de lo que había hecho.
¡Cuánta resignación!
Saludos.
Muy dura experiencia.
Me gusta cómo suenan tus frases párrafos al narrar la historia.
Gracias Isabel por tu comentario.
Se que es duro, pero seguro que es demasiado suave para lo que tuvieron que soportar las familias divididas por pensamientos políticos diferentes. Un abrazo.
Una manera muy inteligente de contar los horrores de una guerra civil. El símil de los her-manos es perfecto. Cuando los hijos pelean en bandos contrarios se guarda luto por ambos, vencedor y vencido, son hijos de una misma sangre, una misma patria. Muy bueno, suerte.
Saludos.
En una familia cuando son dos o más los hijos es inevitable q cada uno tenga sus propias ideas. Si éstas se enfrentan por motivos políticos al final son los de alrededor quienes acaban sufriendo las consecuencias.
Gracias.
Me gusta mucho. Se me agotan las palabras y tengo que repetirme, pero es que este mes los relatos me están fascinando. Entre ellos, también el tuyo. Mucha suerte 🙂
Gracias por tu comentario Juan Antonio.
Viniendo de ti es todo un honor.
Un abrazo.
Un relato,¿una canción en susurros?, muy inteligente, muy inteligente.
Una canción que no tendría que quedar en el olvido, para no tener que volver a caer en los mismos errores.
Gracias por tu comentario. Saludos.
¡Felicidades, Virtudes! Ya estás en el libro. Un relato que tiene dos visiones, el bosque de la nación y el árbol de la familia.