47. Little nail
Solo necesitas aire para poner una tienda de ventanas. Blanco, blanco, blanco, negro. Cuarenta años ya y muy pocas certezas. Si no llevo paraguas me mojo, y un folio solo se puede doblar ocho veces sobre sí mismo. Las cosas que antes ocurrían no eran tan de repente, creo recordar. Eres hasta el último segundo, y ya no eres. No hay un espacio en el que estés y no estés. O te has ido o no. Blanco, blanco, negro.
El agua cae sin hacer charcos, y la papiroflexia no sirve cuando no crees en los reyes magos. Yo llevo mucho tiempo sin dejar vasos de leche en la ventana. Desde que se me escapó el caracol, ganándome a la carrera. Se arrastra cada noche en mis sueños. Y me da las mismas patadas que durante nueve meses dio a su mamá. Blanco, negro.
A veces me hace un guiño en las esquinas, y me paro a saludar. Yo le puse nombre, aunque no vi su rostro. A la de una, a la de dos… y sigo adelante, apagando la sonrisa, por un rastro de baba. Negro.
Lo que en principio puede parecer un desesperanzado balance de sabiduría vital acaba por desvelarnos una trágica historia, la de una dolorosa experiencia ocurrida al personaje y que le ha arrebatado cualquier resquicio de ilusión o de inocencia.
Hay mucha originalidad y frescura en tu modo de contar, Mike. La poesía de tus frases impacta, van cayendo una a una, como copos de nieve, hasta cubrir la realidad del personaje de una blancura helada y desoladora.
Enhorabuena y mucha suerte.
Un abrazo.
Tienes una forma muy personal y original de narrar, Miguel. Frases que se quedan en la retina del que lee, y no dejan indiferente. A mí, personalmente, me encanta tu estilo. En esta historia amarga de tu personaje haces ver, a través de tu poderosa prosa, los sentimientos que afloran a tu protagonista. Gran idea la de ir poniendo en cada parte del relato, los colores blanco y negro, e ir quitando el blanco cuanto más triste se va haciendo la historia, hasta quedar tan solo el negro.. Esa metáfora del caracol, en la que dejas ver de una forma poética el verdadero dolor de este padre, que echa de menos al hijo que no llegó a conocer, me parece magistral.
Otra muestra de todo lo que atesoras dentro. Dale rienda a tu pluma, porque merece mucho la pena leer historias como las tuyas, con esta frescura que las hace diferentes, con ese estilo tan personal que tanto gusta.
Enhorabuena y un fuerte abrazo.
Pablo
Interesante propuesta, Miguel, de varias lecturas y muchas capas por ahí escondiditas en ese rastro de baba que vas trazando. Enhorabuena y suerte.
Miguel, el ritmo y la cadencia de tu historia envuelven en cada parrafo. Suerte y saludos
A mí me dejas muerta, negro, negro…
Eres muy grande, pequeño, ya te lo he dicho muchas veces, pero no me canso de repetirlo.
Enhorabuena, little brother.
Beso grande.
Malu.
Hay quien asegura y, creo que no le falta razón, que todas las historias posibles y diferentes están ya escritas. En realidad, no son tantas, hasta podrían cuantificarse. No hay más que echar un vistazo a los relatos inspirados en esta imagen, para darse cuenta de que, en algún rasgo al menos, hay inevitables coincidencias. Quizá sea en la forma de narrar donde se perciba la diferencia, también en que haya más de una interpretación. Tus frases casi podrían ser una historia en si misma cada una de ellas. Al conjunto se une ese oscurecimiento progresivo de la fotografía hasta el fundido final en negro.
Un relato lleno de aciertos y trabajado, con el sello personal de un autor a tener siempre muy cuenta.
Un abrazo grande, Miguel. Suerte
Hola Miguel, qué bonito escribes, qué fácil ir siguiendo ese rastro que deja tu caracol, un rastro cada vez más negro. Como negro es el sentimiento de tu protagonista hacia ese ser que prometía ser luz pero quedó en oscuridad, la que deja la ausencia. Por los 9 meses entiendo que el embarazo llego a término pero no así la vida del pequeño, por eso lo del nombre, hasta tenía nombre, ya contaban con él. Se me eriza la piel al pensarlo.
Mucha suerte, de verdad, y un abrazo.
Nos lanzas una nube de reflexiones, de sentimientos, de paradojas, de frustraciones, un aparente caos de envidiable riqueza literaria y que, poco a poco, con ese restar del negro sobre el blanco, nos permite ver que todo encaja: la foto, el personaje, la pérdida, la total desesperanza… Magistral, Miguel, enhorabuena
Magistral. En papel lucirá más aún.
Enhorabuena!
Es de agradecer una voz tan distinta, original y con talento en la jungla microrrelatista. Ya me encantó tu payaso ( esos gatos bajo las ruedas eran simplemente geniales y merecían un sitio en el palmarés). Suerte. Y si no da igual. No pares de escribir, porfa.
Poesía de lcalle, de rutinas y sensaciones. Me ha encantado tu relato y tu forma de escribir. Ahora me voy pitando a buscar ese famoso payaso del que ya he oído hablar y aún no he leído. Un abrazo, Miguel.