58. LOCURAS DE AMOR (La verdadera historia del Titanic)
RELATO FUERA DE CONCURSO
El primer oficial, William Murdoch, la observa embarcar en Southamptom por la escalerilla de estribor que conduce a la cubierta B, de primera clase. Enseguida queda prendado de su porte, de su elegancia y de sus gestos suaves y femeninos. No tarda en averiguar que se llama Helen Caldwell, que viaja sola y que se aloja en el camarote 115.
Durante los primeros días de navegación, William aprovecha sus horas libres de servicio para buscarla por el salón de lectura, la cafetería o la cubierta de paseo, y entablar conversación con ella; se ofrece a mostrarle el puente de mando y la cámara de oficiales. Helen se siente cortejada y se muestra complacida e ilusionada.
Hacia la media noche del cuarto día de navegación, Murdoch está de guardia en el puente de mando y, desatendiendo las órdenes del capitán Edward J. Smith, cambia el rumbo y sale a la cubierta exterior provisto de cincel y maza.
Tras largos minutos de pánico y horror, el Titanic desaparece bajo las aguas. Helen, agarrada a un madero flotante, aún puede ver, en lo alto del iceberg, su nombre y el de William en un gran corazón perfectamente esculpido en el hielo.
Redondo, perfecto. El final, la guinda.
Mira que eres sentimental, Edita. Viendo aquél corazón todo está justificado ¿verdad?
Gracias y besos.
Oh, my Goodness! Este relato merecería ganar.
Uno al año está bien, no hay que ser avaricioso.
Gracias Maria Carmen.
Abrazo.
Rafa, nos llevas a visualizar esa ultima mirada llena de placer y sentimientos. Saludos
Quizás le sirvió de alivio para lo fría que estaría el agua.
Un beso Calamanda.
Jajaja, que idea tan bien esculpida.
Felicidades.
Cualquier cosa esculpida con forma de corazón ya tiene algún atractivo.
Gracias María.
Abrazos.
Sabía yo que algo así debía haber pasado. El amor nos entontece.
Preciosa historia, a la vez que da penita, deja una sonrisa en los labios. Saludos.
Mas que entontecer nos enloquece. No tengas pena que en la segunda parte de la historia los dos se salvan, se casan y montan una empresa de alquiler de monopatines en la playa de Malibú.
Gracias Virtudes, un beso.
¿Casualidades? Yo tambien sabía por qué se hundió el Titanic, jajaja! Mi relato se parece al tuyo!!
Sí, me di cuenta cuando lo leí pero no comenté porque ya se habían publicado los resultados de Octubre y, como jurado, creo que debo abstenerme. Pero sí, los dos damos respuesta al enigma.
Saludos Cari.
Hala macho, calmate un poquito.
Que me llevas unos meses de inspiración descomunal…
Total, ya sales en el libro, ya vas a Santander, ya está el cocido montañés esperándote…
Déjanos a los pobres mortales alguna oportunidad, por Dios!
O, aún mejor…¿Sabes que te digo?
Que me mandes al carajo, que no me hagas ni puto caso.
Sigue, sigue escribiendo esas joyas mes tras mes.
Yo seguiré disfrutándolas como un perro.
(Joe, es un orgullo saber que eres mi muy mejor amigo…).
Además de más mejor amigo, admirador aplicado como mucho.
Ya estoy relajado, pero este y el del mes que viene ya los tenía hechos desde hace mucho, vamos de cuando estaba tenso.
Yo creo que publico solo por leer tus comentarios.
Abrazote Modes.
Hola, Rafa.
¡Ostras, qué bonito!
Me ha puesto los pelos de punta (es el tercero, este mes, con el que me sucede lo mismo). Qué imagen tan visual esa del corazón esculpido en el hielo. Me encanta.
Si no participaras fuera de concurso, estarías en la cubierta de primera recogiendo, otra vez, la corona de laureles.
Un besazo y enhorabuena.
¿Por qué me daba que a las chicas y a las almas sensibles -como Modes- os iba a gustar?
Towi, siempre tan generosa, gracias.
Lo que se llega a hacer por amor. Veo el iceberg convertido en atracción turística, un homenaje a una relación legendaria, por contra, del barco nadie se acordará demasiado para entones
No sé si tengo mucho o poco lado femenino, ni si soy un alma sensible como Modes, de lo que estoy seguro es de que siempre disfruto con tus textos.
Un abrazo, Rafa
Claro que también estás entre las almas sensibles. Y el que lo dude que lea tu relato de este mes en Cincuenta Palabras. Directo a la final y más.
Gracias por comentar, Ángel.
Un abrazo.
Rafa, no te fíes.
Ángel quiere mimetizarse en las almas sensibles de gacela Thomson como yo, pero en realidad es un cocodrilo depredador sumergido en las aguas del río Mara.
Él no se emociona escuchando los alaridos de Alex Ubago, ni lloró cuando rompieron Albano y Romina, ni se estremeció el otro día al ver los pucheritos de Monago…
Solo tu amiguito de mejor calidad que soy yo tiene la sensibilidad a flor de pellejo…
Ya veo. Gracias por el aviso, que yo tengo alma de ñu trotón.
Rafa, qué preciosidad de relato, me ha gustado mucho. El final magnifico, descubriendo el causante del hundimiento.
Un abrazo
El causante, el amor; no hay otro. Me encanta que te guste, Blanca.
Un abrazo.
Una historia de amor muy bien contada, Rafa. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Hasta que aprenda a hacerlas como tú me apaño con estas.
Un abrazo, Soti.
Hola, Rafa. ¡Vaya loco más romántico el tal Murdoch! Hay amores que matan y este lo hizo a lo grande y con arte. He buscado la foto del verdadero Murdoch y no sé yo si lo veo en el papel que le has encomendado. Muy buena ambientación e «impactante» final. Un abrazo
¿No le encaja la cara con tanto romanticismo? La verdad es que al rostro no llegué, me quedé con que era soltero, estaba de guardia el día de autos -o de barcos, mejor- y era el primer oficial.
Gracias Juana.
Rafa, no entra en concurso pero habría ganado seguro. Me ha encantado, como todo lo que escribes últimamente. Qué bonito por Dios.
Lorenzo, si te gusta a tí ya es un puntazo; como si hubiera vuelto a ganar.
Gracias.
Un abrazo.
Felicidades, Rafa. ¿Por qué esta fuera de concurso? Por cierto, me acabo de enterar de las verdaderas razones del hundimiento. Estaba yo equivocado, ¡mira!
¡Qué gran relato! A falta de árboles, bueno es un iceberg.
Porque este mes formo parte del jurado y creo que no me dejarán votarme, jajajajaja. Ello me impide también comentar otros relatos.
Quédate con esta historia, que es la verdadera. Me la contaron Willian y Helen que tienen un chiringuito en Malibú. Gracias Luis.
Un abrazo.
Un gran amor, completamente ciego. Eres un mago de las historias. Enhorabuena.
Gracias Isabel. ¡Mago nada menos! ¡Qué más quisiera!
Besos.
Y con un enorme corazón esculpido en el iceberg, pasa a formar parte de los relatos clasificados como grandes románticos.
Preciosa historia, contada desde tu «corazón».
¡Quien tuviera a un enamorado tan loco y apasionado! Eso si lejos de la mar…
Besossss
Sí, María Belén, enamorados así mejor en condiciones de bajo riesgo.
Besos.
¿Quien será más loco? quien pergueñó esta historia o el enamorado que quiso homenajear a la dama?
¡Que buen relato!
Un abrazo y suerte.
Jajajaja, por ahí, por ahí, deben andar los dos.
Celebro que te guste.
Acepto el abrazo, la suerte deséamela otro mes que este no me vale.
Abrazos.
¡Qué bonito! Romántico pero con truco, en los árboles permanece para siempre pero en el hielo termina por deshacerse. Aplaudo por donde has encaminado la propuesta, grafitero.
¡Corcho, Javier! No me seas tiquismiquis. En hielo sólido y a bajas temperaturas sí que aguantaría el tiempo que duró el hundimiento. Al menos eso me dijo el oficial Murdoch.
Abrazo.
Amores que matan.
Y a cientos. Gracias Miguel Ángel.
Ole, ole y ole, Rafa. Por favor, que bien escribes, es que das envidia. No, ahora en serio, quería decir admiración 😉
Felicidades y Abrazos
¡jJo, Anna! No me digas esas cosas que me ruborizas. Resulta fantástico que te guste.
Besos.