112. LOS AUSENTES
Llega el momento más especial. Brindamos por los que ya no están. Y a mi Luisa se le salta una lagrimilla.
Y eso que esta vez han venido todos. Está Rafael, el mayor, con su hijo y su nueva pareja. Que ahora lo llaman así, Luisa. Y Lucía con su marido, el arquitecto, y sus niños, que no han aguantado ni un segundo tras las uvas y corretean en derredor de la mesa con carrillos de hámster. También ha venido Luis, el pequeño, que aunque durante la cena ha estado reservado, tras el brindis parece que ya le llegó la alegría a la cara. Estamos todos, como estuvimos.
Disfrutaremos del momento hasta que a eso de las tres o las cuatro se acabe la conversación, y cada cual se vaya a acostar. Y mañana cogerán los coches y se irán, porque están hechos a la ciudad, y no aguantan mucho tiempo en el pueblo.
La casa se quedará vacía. Y nosotros esperaremos que regresen el año que viene. Y si, por fin, les da por venderla pues, resignados, brindaremos en la próxima cena de Nochevieja con una nueva familia; ahora que ya estábamos acostumbrados a esta.
Inicio estos comentarios para traer suerte a esta escena tan entrañable
y cotidiana. Lo has expresado con mucho detalle.
Felicidades para el año nuevo, tocayo de seudónimo
Gracias, aunque creo que somos tocayos de nombre real, si el tuyo lo es…
Pobres. Pobres resignados fantasmas… tan ausentes y tan presentes al mismo tiempo…quizás el 2015 les depare una familia más considerada y más abierta a su presencia.
Un cuento como tu apellido, JESÚS (Muy pero muy Bueno ;))
Cariños,
Mariángeles
Ainnsss… por eso uso seudónimo, para no condicionar, que luego todo os parece bueno… Pero como JAMS no me deja…
Los ausentes son, al fin y al cabo, los más presentes.
Los que no se irán nunca de esa casa llena de recuerdos.
Aunque eso cueste brindar con familia agena..
Suerte
No te preocupes, que se acostumbran…
¡Gracias!
¡Lo que habrán tenido que ver estos fantasmas! ¡Blancos se habrán quedado!
jajaja…muy buen final, inesperados. El retrato de «la familia» , redondo, como las uvas.
Igual se les llena la casa de gente y se lo pasan mejor el año que viene… ¡Muchas gracias!
Loa ausentes que nunca se marcharon. muy bueno.
Un abrazo y suerte.
El concepto es el mismo, la verdad, no sabía cómo iba a quedar escrito. Gracias por el comentario y feliz año.
Si es que la gente no lo sabe, que los fantasmas tienen su corazoncito, los pobres…
No había caído yo en que se trataba de fantasmas. Por eso andaba meditando que ocurría con esa pareja.
Un punto de vista muy particular, por eso y por lo bien contado me ha gustado mucho.
Felicidades, y feliz año que se nos viene encima.
Supongo que se puede pasar por alto, pero es que si lo hago más evidente pierde la gracia. Me alegro de que te guste.
Gracias, y feliz año.
Los ausentes son los protagonistas-narradores, los hijos vivos y sus familias son los personajes secundarios, espectros que no acaban de irse y se adaptan a una vivienda.
Muy bueno, Ignacio, como todo lo tuyo.
Feliz año y suerte
¡Gracias, Ángel!
Ya sabes… aquí un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo…
Feliz Año.
Jesús, el final nos da la pista de quienes narran la historia. Bien contada. Suerte y felices fiestas
Jopé pues yo no vi fantasmas pensé en casas rurales que aceptan huéspedes, esa itinerancia de las visitas sin saber quiénes tocarán otro año. Me despisté pero en cualquier caso me gustó.
Abrazos
¡Qué gracioso y original! Una nochevieja muy entretenida. Parece que los otros están muy agustito en esa casa y no quieren irse más allá.
¡Feliz Nochevieja y más Feliz Año Nuevo!
Besos
Genial los giros que le vas dando al relato. Al final queda una historia que más que inquietar por lo fantasmagórico de los personajes deslumbra por lo bien construida que está. Me ha gustado mucho. Mucha suerte 🙂
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