10. Los dedos de mi abuelo (Jesús Alfonso Redondo Lavín)
La toma de Santander por los Nacionales, seguro que, como decía Sancho a su señor, cualquier reprochador de voquibles a la moda corregiría mis palabras por las de la invasión de Santander por el Ejército Sublevado, le pilló a mi abuelo Dionisio reunido con otros compañeros maestros del Frente Popular en Somo. La desesperación se apoderó de ellos. Cada uno buscó su refugio. La noche él y otro compañero la pasaron escondidos dentro de unos tubos de cemento y al alba pasaron la ría de Cubas, con el agua al cuello, hacia Pedreña. Las familias de los caseríos al borde de la carretera que conduce a Orejo, siempre tan agradecidas, al reconocerlo empapado y suplicante, le cerraban sus puertas.
En Bilbao el juicio sumarísimo lo sentenció con la prohibición de ejercer como maestro. Uno más de los miles de maestros represaliados. Sus opiniones eran públicas y publicadas; fue alcalde republicano; fue Secretario de la Institución Libre de Enseñanza de Santander. Creo que le salvó de una pena mayor la candidez de un alumno suyo que ante el juez solo pudo acusarlo de fumar mucho.
Abuelo, nunca olvidaré tus dedos de tiza y tinta, largos y delgados, siempre amarillos de nicotina.
Jesús Alfonso, un recuerdo muy entrañable, pero no por ello deja de ser un horror, que espero que en España no vuelva a suceder. Cuantas historias, cuantas familias destrozadas.
Un abrazo.
De todo se sale, no se si entero, pero se sale. Gracias por tu comentario, Epi.
Jesús, precioso. Los abuelos, del «color» que fueran, tenían los dedos amarillos,
yo creo que el tabaco era diferente. Mi abuelo «el Gómez» liaba su picadura. El otro, «el Pedraja» mezclaba Gener con no se qué y tenía una máquina liadora «Victoria». Los domingos, los nietos mayores liábamos unos cuantos, docenas, para que tuviera para la semana. El los iba metiendo en una pitillera…Ya no se lleva eso, claro. Un abrazo. ELISA
Hola Elisa. Gracias por comentar. Espero que podamos vernos este verano
Otra historia bien contada que, como todas las tuyas, me deja pensando que puede tener algún viso de verdad. El que un relato sea creíble sube muchos grados su calidad.
Un abrazo, Jesús. Suerte
Angel, creo que ya te he felicitado, y esta es la tercer, por tu cumpleaños. Te felicito ademas por tus recientes éxitos literarios. Gracias por ser mi más fiel lector, y el de todos claro.
Ojalá esa catarsis, necesaria, se repitiese por nuestro país y en los lugares de guerras despiadadas, para poder dormir y vivir recuperando la sensación de persona tranquila consigo misma.
Has ocupado su puesto en esa liberación. Si está en algún lugar, ese admirable abuelo tuyo, te lo agradecerá.
No logro entenderte, pero gracias por tu comentario Nos vemos ptonto.