Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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33. Los ojos del cocodrilo

Víctor, una persona constante y muy meticulosa, trabajaba sin descanso dedicado a un arte heredado de su familia. Todo en su taller estaba ordenado: los escarpelos, las tijeras y demás utensilios necesarios. Los líquidos para limpiar y conservar las pieles de los animales, bien clasificados.

Decenas de cabezas colgaban de las paredes; le observaban con ojos de cristal: búhos, ciervos y tigres, sus piezas más perfectas.

Pero él no se conformaba con la perfección externa ya lograda, quería llegar más lejos, entrar en el alma del animal, devolverle la vida. Poder llegar a ello le provocaba una sensación inmensa de poder.

Después de muchos años de pruebas y fracasos, se decidió con la definitiva en el cuerpo del cocodrilo, su obra por excelencia. Y es que los ojos de aquel reptil no parecían estar fijos, ni daban sensación de frialdad. Reflejaban emociones.

Fue entonces cuando el cocodrilo parpadeó y, mientras  se frotaba las manos de satisfacción, se le ocurrió la idea de regalárselo al impresentable de Fermín, su cuñado. Aunque antes tendría que afilarle bien los dientes.

9 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Este sí que es un profesional, un taxidermista capaz de dotar de vida a un cocodrilo, con todos sus dientes y su instinto. Cuando existe una motivación las cosas se suelen hacer bien. Perjudicar a un cuñado latoso puede ser un motor increíble.
    Un humor negro muy divertido y bien contado, Pilar.
    Un abrazo y suerte

    1. Pilar. C

      Gracias Ángel, siempre me llamó la atención esta profesión, la del taxidermista, que se presta a historias retorcidas je,je… Gracias por tu comentario
      Abrazoooo

  2. Rosalía Guerrero

    No está mal lo de devolverles la vida, pero lo de regalárselo al cuñado… Propongo que lo haga por Navidad, que son unas fechas taaaan entrañables…. Me encanta el humor negro.
    Un abrazo y suerte.

    1. Pilar. C

      Rosalía, el humor siempre ha de estar presente en nuestras vidas sea blanco, verde o como en este caso negro.
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo

  3. Miguel Ángel Jiménez

    Está claro que Víctor no soportaba a Fermín y que su cocodrilo parpadeante prometía hacerle un descosido a su insoportable cuñado para lo cual era necesario, dada su meticulosidad perfeccionista, que los dientes estuvieran bien afilados para facilitar la digestión del animalito cuando se comiera al cuñado.
    Relato muy divertido, por lo que promete, y bien desarrollado.
    Suerte, Pilar

  4. El orden, la profesionalidad, la constancia, la intención de dar vida a un animal más que muerto… parecían pistas de una buena persona y un final rosa, pero al final aparece de repente la verdadera naturaleza del protagonista envuelta en humor negro. ¡Bien!

    1. Pilar. C

      Edita, efectivamente, las apariencias engañan. Tanta perfección esconde algo y tú lo has sabido interpretar muy bien.
      Graciasss

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