LOS SIETE AÑOS DE ABUNDANCIA de Etgar Keret
Este libro es el producto de las crónicas que el autor fue escribiendo sobre experiencias personales durante siete años. Comienzan con el nacimiento de su hijo y acaban tras el fallecimiento de su padre, como si pretendiera dibujar un círculo imprescindible en su vida. A pesar de tratarse de un libro de no ficción, el autor tiene la capacidad de convertir hechos habituales, compartidos con su familia y amigos, en historias extraordinarias llenas de humor y de ternura. A través de ellas, conocemos las traumáticas circunstancias de un entorno hostil, la intransigencia religiosa de una sociedad, la identidad recibida por una madre que sobrevivió al holocausto y los sustanciosos asuntos domésticos de un hombre que se sabe reír de sí mismo. Si existe un tipo de humor judío: inteligente, autoreferenciado, irónico…Etgar Keret es portador de su herencia. El humor, la imaginación y la ternura son las armas con que nos dispara para inocularnos las ganas de seguir leyéndole.
Me sorprende que no hayas recibido ningún comentario, para tu historia.
Quizás sea por el lugar que ocupa, y el despiste de que no figure el número.
Intento comenzarlos:
Es un completo resumen de lo vivido por Keret, que narras con fluidez, aunque yo echo de menos la radio para escucharlo en el imaginario.
Saludos cordiales, Paloma
Paloma, esta muy bien hilvanado, aunque no halla conexion con la radio. Suerte y saludos
Creo que no es un relato de Paloma, sino una aportación que Paloma nos hace a los lectores; por si también pudiera ser de nuestro agrado su lectura.
Por cierto, aprovecho para recomendar uno que acabo de leer, apto para corazones superománticos: «la delicadeza». Lo he conocido a través de mi amiga Maite y me ha encantado.
Un besote.
El mes pasado hizo esta otra reseña: CICATRIZ de Sara Mesa
A ver chiquetas, no nos liemos, no veis ninguna referencia de la radio,porque supongo que al señor Edgar no le apetecio hablar de ella,vamos que esto no es un relato de los mensual sino,una aportacion al blog de La libreria.
¡Qué despiste, el mío!
Gracias por aclararlo, Paloma
Y sigues despistada, Maria Jesus, 😉
Un besote.