130. Luces de medianoche
Es casi medianoche. Olas de oscuridad van apagando las luces de la calle. Una brisa amable silencia los semáforos. Los edificios recogen sus ventanas, dejando algunas en luz, como la de la chica del segundo. Pasa horas delante de los libros, y se hace bucles rubios en el pelo al leer. A veces atiende su móvil. A veces se duerme bajo el flexo. Más arriba, en el cuarto, la mujer insomne está sentada en su lado del sofá, con los ojos humedecidos por el reflejo del televisor que sujeta su mirada, salvo cuando mira al otro lado. Al lado vacío. El hombre del sexto me saluda afablemente. A veces hablamos de las fases lunares, pero no en luna llena. Cuando la luna llena ronda las azoteas, su ventana echa las cortinas, y tras su luz rugosa se distingue una sombra agitada. Y se escucha un aullido errante.
La medianoche da una última calada. Su brisa apaga las brasas de la calle. Un sol espera detrás del horizonte. La chica del segundo sigue aprendiendo, quizás a curar la soledad. Y si cierras los ojos, se pueden escuchar los aullidos de los nuevos amantes.
Descriptivo y lírico. Me ha gustado mucho. Un beso.