107. Lucy
Me llamo Lucía. Un nombre precioso ¿no creen?. A mí me lo parece y odio por eso que me llamen Lucy. Pero… todo el mundo lo hace. A estas alturas sé bien que ya perdí la batalla y trato de no darle demasiada importancia. Aunque lo odio, ya digo, el dichoso diminutivo. Pero, discúlpenme, no vine a hablarles de mí. ¿O quizá sí?.
Quería yo contarles de Anna y difícil me resulta no colarme en su historia porque es ella mi mejor amiga. Mi amiga del alma. ¡No saben cuán extrañas suenan en mi boca estas palabras!. Ustedes apenas me conocen y esto que les digo buena impresión no les ha de causar, lo sé, pero sinceridad obliga y debo reconocer que siempre fui algo huraña y desconfiada. Nunca me gustaron mucho los humanos, cierto es y poco importa ya la causa.
Anna, les decía, tiene diez años. Es una niña alta, pecosa, enamorada de la música y los libros. Y la chiquilla más valiente que conozco. La única razón -al fin comprendí- de mi aprendizaje y mi canina existencia. Un laberinto de peligros cada día juntas sorteamos. Siempre yo su luz entre las sombras. Sus ojos y su guía.
Hola, Marta.
Me encanta el tono de tu relato, la construcción de las frases, con un cierto aire retro, no sé, pero muy bien meditado (medido) y ajustado a la historia. La perrita guía, la perra, perdón, a la que no le gustan los diminutivos quizá porque su vida es grande. Me cae como un pudin y la niña, que no tiene por qué ser ciega, también, enamorada de la música y de los libros, palabras mayores. Y tu texto me cae como una cazadora nueva o una chaqueta de ante envejecida. Felicidades. Y un beso.
¡Ay! Muchísimas gracias Martín! Me alegro un montón de que te haya gustado esta perrita refunfuñona y cascarrabias y especialmente te agradezco el comentario sobre el tono del relato. Muchas gracias. Un beso.
No me extraña el nombre que le han puesto a nuestra amiga. Estoy de acuerdo con Eduardo al resaltar ese aire un tampo camp, en el buen sentido, que rezuma la forma en nos va contando Lucía su vida. Aunque no me extraña, pues la perrita parece ser un tanto resabida. Enhorabuena, Marta. Un saludo y suerte.
Muchas gracias Jesús. Algo cascarrabias la perrita pero con buen corazón. Me alegro mucho de que te haya gustado.
Hola, Marta, creo que si pretendías que nos «cayera mal» Lucy, no lo has conseguido, jajaja. Si me permites, quisiera alertarte de que, después del signo de interrogante final, no se pone punto. Es que ese mismo error cometía yo, hace años, y una buena amiga me lo corrigió…
Un fuerte abrazo.
Cierto. Muchas gracias Mª José. En el fondo la perrita no es tan renegona como parece. Me alegro de que te haya gustado. Un beso.
Bonita historia la de esta perrita guía, Marta. ¡Un beso y suerte!
Muchas gracias. Me alegro mucho de que te haya gustado. Besoa.
Marta, tierna historia de bellas imagenes. Suerte y saludos
Muchísimas gracias. ¡Cuánto me alegro de que te haya gustado!