49. Magnolia
Cada mañana, muy despacito va caminando por el césped hasta llegar a sentarse al banco de madera. Allí, se siente protegido por las verdes hojas del majestuoso Magnolio. Le gusta el olor a limón que desprende, porque le hace recordar su juventud y su gran amor.
Todos en la Residencia respetan su soledad, su mirada perdida y su banco.
Se casó muy joven por un embarazo no deseado con una mujer mayor que él. Intentó que funcionase pero faltaba el amor y al chantaje emocional que le hacía con los hijos, terminó por asfixiar la relación.
Después la conoció a ella, se enamoró y empezaron a vivir, rodeados de limoneros. Tejieron durante 5 años un futuro, pero el pasado volvió y él no supo parar los chantajes, se sintió culpable. Ella desapareció.
Pasaron los años y la historia se volvió a repetir, conoce otra chica y un embarazo no deseado, chantaje con la niña, soledad y llanto.
Su cabeza siempre fría para los negocios, le hizo ganar mucho dinero y prestigio, pero le aparto del amor. Ahora bajo el aroma del magnolio la recuerda a ella, la que nunca le chantajeo ni le obligó a casarse. Limoneros