98. «Maldito seas (…)» (Asunción Buendía)
Asistía al entierro de una anciana vecina de mi madre. Curiosa iba leyendo la letanía de epitafios de las tumbas, casi todos iguales, impersonales o empalagosos.
Muy cerca, en la siguiente sepultura, rezaba uno que llamó mi atención.
“Maldito seas …”
Algo en él indica que falta una tercera palabra. Intrigada me separo un poco de mi comitiva para verlo más de cerca, pero me detengo porque hay una mujer en la lápida. Como si mi mirada le hubiera tocado en el hombro, se vuelve y me contempla. Avergonzada dibujo un lo siento con mis labios. Me mira desde unos ojos asombrosamente vivos y jóvenes, en contraste con un rostro arrugado. Asiente con la cabeza y extiende la mano para repasar con un dedo tembloroso y artrítico, el contorno de las palabras: maldito seas… y la tercera antes borrada y ahora tan nítida como las anteriores “amor”. Me recorre un estremecimiento, creo comprender la dimensión de la leyenda, toda la pasión del amor y el dolor de una vida de ausencia, caben en esas tres palabras.
Con emoción contenida vuelvo los ojos hacia ella, comprobando que ha desaparecido, igual que la tercera palabra.
Entonces, aturdida, reparo en la fecha: 1815.
«A veces veo muertos» famosa frase que coincide con tu misterioso micro. Cosa que no hemos hecho tú y yo este mes… 😉
Me ha gustado, Asun, te deseo mucho suerte.
Un abrazo.
Rosy, quien no ha tenido un presentimiento raro en un cementerio?
Bueno yo no, pero me lo imagino.
En fin, esta ha sido mi pequeña contribución al tema del mes.
Besosss
Ya te leí en el blog y me pareció un relato intrigante y lírico.
Un saludo
JM
Gracias Juan, es una especie de aparición, creo que los cementerios llevan implícitos este tipo de situaciones. Aunque a mí no me ha ocurrido, claro.
Abrazos
Muy bueno tu relato Asun. Me ha gustado mucho. Suerte.
Besicos muchos.
Gracias Nani, se me resistían los epitafios, tanto como el ordenador, que no me hace ni caso.
Un abrazo.
Un micro sin historia resuelta pero completito. Lleno de interrogantes, de misterio, de ¡¿qué está pasando?! ¡Cuántas tumbas abiertas dejas con esas dudas!
Pues sí, la historia la puede completar cada uno, yo he dado la pauta.
Un abrazo Reve.
Un relato corto de pinceladas anchas e inquietantes, que puede ser el germen de una historia amplia, llena de detalles y recovecos.
Suerte y un saludo
Todos los relatos cortos pueden crecer, peroe so ya sería otra historia…
Un abrazo Ángel
Vaya relatazo Asun. Un momento de contacto entre el más allá y el más acá, muy bien dibujado por cierto. Me ha gustado especialmente «Como si mi mirada le hubiera tocado en el hombro»,muy bien elegido para la atmósfera que traslada el relato.
Un abrazo
Gracias Izaskun, es verdad que esa frase a mí también me ha gustado especialmente.
Un beso.
Wow, ¡qué cuento tan bueno, Asun! Excelente. He quedado medio temblorosa y con tanto para pensar… ¡Qué manera de escribir! ¡Felicidades! Abrazos.
Gracias María, siempre tan expresiva en tus comentarios. En realidad el tema nos lleva por estos derroteros, historias pasadas flotan en el ambiente.
Un besazo
Muy inquietante tu fantasmal relato, Asun.
Me ha «inquietado» mucho.
Suerte
Espero María Jesús, que no te dure mucho la inquietud fantasmal, que además estamos a las puertas de la noche de difuntos.
Un beso grande.
Cuánto encierra ese corto epitafio.
¿Amor o desamor? ¿Separación forzosa o voluntaria? y fuera (aunque ya se supone que no) esa joven-anciana que aún llora por su amado y que lo transmite a la persona que es capaz de ver mas allá.
Mucha suerte y muchos besos.
Virtudes nunca he querido pensar mucho en estas cosas, pero de alguna manera si creo que hay quien puede ver más allá tal como tú dices. Un vez más has acertado en tu apreciación.
Un beso fuerte
¿Soy la única malpensada que se había imaginado que la tercera palabra era otra muy distinta a «amor»? Muy buen relato, Asun, me alegro de que las conexiones te hayan sido propicias y nos hayas dejado tu relato. Un abrazo para ti.
Ay cómo eres, no quiero preguntar cuál sería esa palabra.
Estoy muy contenta porque las conexiones se han solucionado al parecer, ahora ya puedo ponerme a leer y comentar como una loca (ejem)
Un besazo.
Muy buen relato. Ese contacto con el más allá está muy bien expresado en el relato envuelto en misterio.
Suerte
Los cementerios para mí, traen de la mano situaciones así, en cada lápida hay alguien que tuvo una vida completa. Me da mucho que pensar, la verdad.
Besos
Mª Asunción, tu cuento deja dudas y siembra ternura al mismo tiempo. El amor y su peculiar mundo nos atropeya siempre. suerte y saludos
Se trata de un amor interrumpido por la muerte prematura del amado. Todo visto dos siglos después por una espectadora ocasional que acudía a un entierro.
Un abrazo
Los cementerios… las sensacionales que nos invaden cuando los visitamos, las has sabido mostrar de manera acertada en tu relato. Ese mirar con curiosidad las losas y sus epitafios, esos fantasmas que a veces aparecen en un escalofrió o en una mirada que sentimos.
Una historia bien llevada y que hace pensar cuantas veces habremos visto espíritus en el campo santo y no lo habremos sabido.
Genial Asunción.
U beso guapa, suerte.
Bueno Belén yo no visito nunca el cementerio salvo casos inexcusables, pero no descarto que este tipo de cosas puedan ocurrir realmente.
Un beso grande.
Nos has metido de lleno en ese cementerio, no sé en qué año, pero yo he visto a la viejecita arrugada con una capa oscura con capucha…
¡Atmósfera conseguida!
Un saludo.
Carme.
Gracias Carme justo eso quería conseguir, recrear una visión aparentemente real pero que era una aparición.
Muchas gracias por tu lectura.
Un abrazo
Me ha gustado mucho, creo que cada día me gustan más tus relatos. Has conseguido que estemos allí, de cuerpo presente, viendo la escena. ¿Te has preguntado si sobra «creo comprender la dimensión de la leyenda, toda la pasión del amor y el dolor de una vida de ausencia, caben en esas tres palabras». Quizás debes dejar ese espacio para el lector. No sé. Suerte
No lo había pensado, pero probablemente lleves razón, a veces el miedo a que quede cojo y no se entienda hace que le quitemos algo de gracia al relato.
Gracias como siempre por tus comentarios tan enriquecedores.
Abrazos
Qué bien que has dibujado la escena. Nos has llevado a todos a ese cementerio y has llamado a la puerta de nuestro miedo con esa figura fantasmal. Esa historia de amor además le da mucha profundidad al texto. Enhorabuena y mucha suerte 🙂
Juan Antonio gracias por tu lectura y tus impresiones, pues para mi tienen mucha importancia.
Un abrazo