86. «Manos a la Obra»
A menudo me sorprendo a mí misma deseando ser bailarina de ballet clásico, astronauta de viajes interestelares en los confines del Universo, sirena de cuento, maestra de desterrados, poeta y contadora de cuentos para niños, anacoreta, vanguardista de prensa, caminanta de caminos sin final y bucanera desenterradora de todos los tesoros ocultos.
Luego, frente al espejo, veo mi reflejo e intento atravesar su mirada hasta alcanzar mi propio infinito. Me digo que tengo una vida, una vida para hacer con ella ¡lo que yo quiera!. ¡Qué gran poder!
¿Por dónde empiezo? Me he apuntado a clases de ballet, ya me siento sirena de cuento, soy maestra de desterrados como yo, escribo cuentos para niños y ¿qué es un anacoreta?…
Da igual, puedo ser lo que yo quiera, así que manos a la obra, ¡a crear!
Querido Juan:
Como siempre, recibo tu amabilidad como un premio.
Esta afinidad de la que hablas, tiene que ver con hacer, cada uno a su manera, visible lo que otros llaman invisible o incluso inexistente.
Es bonito que haya caballeros caminantes y personitas que se miran y comprueban en su reflejo que no son autómatas prisioneros de responsabilidades y monotonías.
La vida es un don y yo creo que tenemos que hacer algo soberano de Ella.
Y ese es mi deseo, vivir la vida siempre con ilusión y llegar a abuelita de bosque habitado por duendes cantarines.
Y ese es mi deseo también para ti y para todos los que toques con tu varita.
¡¡¡Feliz Año. Feliz Vida!!!
Dicen que de poetas y locos, todos tenemos un poco, somos soñadores a ultranza aunque el resto no lo entienda.
Me encantó tu sueño en voz alta.
Un abrazo y suerte.
¿Sueño? Je je, yo intentaré hacerlo realidad.
Muchas gracias por tus palabras.
Besos y Felicidad
Gracias por tus palabras. Un relato que nos deja una declaración de intenciones de las bonitas, de las que no te importa intentar alcanzar porque merecen la pena. Mucha suerte 🙂