MAR15. DESESPERANZA, de Inés Zapirain López
Marcela baja en la estación del centro y un fino chirimiri humedece su rostro. Lloviendo, la intención de llegar dando un paseo se desvanece; decide esperar un taxi.
Mientras aguarda, las luces de la ciudad le devuelven a la niñez: tío Ernesto vestido de mujer; su abuela ataviada con plumas como una estrella de Burlesque; tía Gilda y sus chicas…, hasta no entrar en la adolescencia no comprendió realmente a qué se dedicaba.
El taxi en el que monta recorre la ciudad hasta estacionar frente a una casa de color rosado. Tiene gracia, pues ella siempre deseó su vida en rosa.
Al situarse frente a la verja cerrada coge aire para llamar. Le abre Ernesto y, al abrazarla, la oprime fuertemente, como si intuyera algo.
La cálida bienvenida dibuja una sonrisa en Marcela. Ernesto recoloca sus pechos de mentira y la invita a entrar. Todo está como siempre, envuelto en colores imposibles; pero ella busca a Gilda, que se encuentra en una esquina del comedor, ajustándose el corpiño. Marcela respira. Medita. Va a pedírselo. Ya son 2084 días en paro. Sí. Allá va. Le tiemblan las piernas… ¿Qué dirá Gilda? ¿Qué pensará?
Y sobre todo, ¿qué se sentirá siendo puta?
Ines, que paso tan tremendo despues de tantos años de paro. El horror de esta crisis, y sus posibles consecuencias se intuye. Suerte y saludos.
Pues sí, Calamanda. El relato me lo inspiró un reportaje sobre las mujeres que pueden comer gracias a una profesión que preferirían no tener.
Un abrazo.
La desesperación te puede llevar a hacer cosas que siempre te horrorizaron. Es mejor ser puta que chupasangres. Buen micro.
Tienes razón, Paloma. No hay nada de malo en ganarse la vida cómo se pueda. Mientras no se haga daño a nadie cualquier rabajo es respetable. Lo malo es cuando se hace por obligación.
Besos.
Perdón lo de «rabajo», quería decir trabajo je, je
Un relato con un desenlace brutal pero creíble, el ambiente que lo envuelve atrapa también al lector.
Me ha gustado mucho.
Saludos.
Gracias, Yolanda. Un verdadero placer que te guste.
Un abrazo.
Tremendo final. Que terrible verse abocado a hacer ese trabajo por culpa del paro.Suerte. Gloria
Gracias, Gloria. Comparto tu opinión, tiene que ser terrible.
Un saludo.
Inés… qué impactante relato!!!
Dibujas un panorama de lo más atípico en el que la única «normal» parece la protagonista, pero que vemos que al final sufre la triste normalidad que afecta a nuestra sociedad, por culpa de la crisis.
Y el final, totalmente inesperado y sorpresivo… me ha encantado!!!
Muy bien traído el «2084», sí señora!!!
Zorionak, Inés!!!
Un fuerte abrazo
Marta
Gracias, Marta. Me alegra que te guste, pues este mes no lo tenía nada claro con el tema «2084»
Muxu bat!!
Muy buen relato por las descripciones y la ternura e idea de supervivencia.
Si puedes te falta una tilde en «deseó»:
…pues ella siempre deseo…
Saludos.
Gracias, Pablo. Por la buena crítica y por la visión del fallo. Soy demasiado impulsiva, nunca repaso antes de mandar el texto. A ver si Jams me hace el favor de poner la tilde en «deseó»
Un abrazo.
Gracias, Jams.
Besos!!
Zapi, me has «dejao» «tirao». Qué puta vida esta de la crisis. Y estos políticos solo se ocupan de los dolores de sus propios ombligos. A ver si alguna vez los españolitos hacemos algo a la vez.
Por lo demás el relato es muy original.
Saludos.
Gracias, Jesús. Esperemos que todo cambie, y pronto!!!
Un abrazo.
2084 días en paro son muchos días. Un relato original, tratado con ternura pero con un desenlace duro, aunque, como decía aquel, «más cornás da el hambre». Enhorabuena y mucha suerte. Un abrazo.
Sí, Juancho, creo que son más de cinco años. Demasiado tiempo, demasiada desesperación.
Gracias por tus palabras. Un abrazo.
Es duro por dentro y muy llevadero por fuera. Suerte, Inés
Gracias, Eva.
Un fuerte abrazo.
Buen relato, muy bien planteado, entre engañoso y eficaz. Sin artificios y con el mejor final que me podía esperar.
Un abrazo.
Me alegra que te guste, Susana.
Besos!!
Hola, Ana. Sabes que siempre aprecio tus opiniones, sacas diferentes lecturas de cada texto que a mí me encanta leer. Sobre lo de la última frase no sé que decirte, yo creo que es la correcta; pero seguramente no guste a todo el mundo. Es lo bueno de este espacio, que podemos disfrutar de todo tipo de opiniones que nos ayudan a pulir nuestro estilo.
Un besito, Ana.
Muy bien. Despierta la atención e intriga hasta el final que no desmerece al resto del micro. Es original y eso este mes está muy valorado, por lo menos para mí, lector incansable y escritor de uvas a peras.
Hola, Arturo. Es estimulante saber que un lector incansable considere original esta pequeña historia.
Gracias, un abrazo.
Estoy de acuerdo con Arturo. Hay pocos micros este mes que despierten la atención y éste lo es.
Gracias, Ricardo. Tu opinión me dibuja una sonrisa.
Un abrazo.
Vaya, buen cuento!!!, engaña perfectamente y al final dices, pero si claro encajaba todo y no lo he visto… Bien por ella que con todo la tradición familiar tan arraigada había vivido por otros derroteros. Hace poco oía en la radio/tele? De alguien en paro que decía -menos mal que está la familia para echar una mano-, pues sí, eso mismo debió pensar tu protagonista. Me extraña el detalle de coger taxi alguien en situación precaria, así por chinchar en algo, y sobre tu pregunta final y a modo de poner una sonrisa, te diré que el bueno de Sotirios podría quizás contestarla, dado su relato del mes pasado, je je je… Abrazos.
Jo, Mel, tienes razón; tenía que haberla mandado a casa en bus. Contigo no se puede, estás en todo!!
Soti no ha dado señales de vida este mes; pero si aparece se lo pregunto 😉
Un abrazo, fuerte, fuerte.
Me gusta esta opinión. Seguramente hubiera quedado muy bien así. Aunque estoy contenta con el resultado, siempre agradezco diferentes puntos de vista.
Besos!!
Un aplauso paara este micro. Por: escapar del futurismo del mes y la buena construccion del mismo. Si acaso, 2084 dias en paro son muchos.
Suerte
Felix Valiente
Hola, Felix. Gracias por tus palabras. Sí, es cierto, pueden parecer muchos días; pero no sé, yo creo que seguramente alguien los habrá sufrido.
Un fuerte abrazo, Sr. Valiente.
Gracias, Ana. Me encantan!!! Sobre todo la primera.
No conocía estas letras. A mí me cantaban aquella de «Inés, Inés, Inesita, Inés, ábreme la puerta que te vengo a ver»
Besos y abrazos, Anita!!
Me ha gustado lo que cuentas y cómo. Relato de corte realista, acorde con los tiempos de miseria que empezamos a vivir. Para mí el relato ganaría si no figurara la última frase explicativa. Suerte a fin de mes.
Gracias, Ximens. Me alegra que te guste el relato, y es un placer contar con tu opinión. Respecto a lo de la última frase: si no la hubiera puesto, estaría dudando sobre si se entendería o no. Ya sabes, dudosa que es una!!!
Un abrazo.