MAR150. A ESTAS ALTURAS, de Laura Sáez-Díez
Todos los que la conocieron podrían decir que ella tenía todas esas cosas que la hacían ser diferente a los demás. Algunos decían que su risa se contagiaba alli por donde pasase. Otros, que nunca habían olido un perfume mejor. También alguna vez escuche que sabía cantar como los ángeles. Nunca escuché a nadie hablar de ella con rencor, sabía cuidar de los suyos y era una esposa excepcional. Todo el pueblo hablaba de ella conociéndola más o menos. Pero sólo yo sabía su secreto. Aquellos 2084 días que había pasado en la cárcel le habían transformado. Aquellas 2084 mañanas entre rejas habían hecho a una persona como ella, aunque ese seguiría siendo nuestro secreto.