MAR163. PECADOS CARNALES, de Patricia Mejías
Querida Amelia:
La mansión, el dinero, las colecciones antropológicas… Todo tuyo. Por un único favor: ¡destruye el contenido del crematorio sin abrirlo! Si llegan a saber mi secreto… MI CARRERA, mi buen nombre…
Pero desobedecí la última voluntad de Godiva Smith, y dentro del incinerador, encontré un Homo 2084.
A pesar de las leyes contra la posesión de bio-unidades, le introduje fluidos para reactivar sus sistemas colapsados. Inclinada sobre él, sus grandes dispositivos visuales buscaron mis ojos.
—Soy Jorbbat — me dijo al activar sus códigos lingüísticos.
—Amelia —. Y sentí curiosidad por el funcionamiento de aquel juguete prohibido desde fines de siglo… Pero un telepatic-grama del Servicio de Emparejamiento Obligatorio penetró en medio de las hebras de placer derretido, y ahora un único pensamiento bajo las sábanas: la desconexión.
—No soy una hembra de tu especie —le dije—. Pero su programación no incluía el rechazo, y tuvo su primera crisis: a cada cuchillada interponía el vocablo “amor”.
Tres timbrazos me sorprendieron lavándome las manos. Afuera, la pareja elegida. El de piel de polímero y ojos de circonio. Dentro del incinerador, la carne humana se desvanecía sin olores que pudieran afectar la velada.
Creo que son 167: se repiten el 135 y el 152 sin las correcciones A Y B. Lo digo por las estadísticass.
Patricia, tu visión futurista del amor es singular. Suerte y saludos.
Te desenvuelves pero que muy bien, Patricia, en este relato. Tanto en forma como en fondo, de verdad. Tienes buen dominio de lo que quieres contar y cómo, asombroso.
Un abrazo
Desconexión a cuchilladas, que peligro, Patricia ;o). Me ha gustado. Un beso
Muy bueno, inquietante y casi terrorífico, y como el tema exigía muy futurista.
Me gustó mucho, felicidades.
Me gusta mucho, Patricia. Muy visual y una historia bien contada en tan pocas palabras. Además hay terror y ciencia ficción una mezcla que personalmente me gusta.
Besitos