MAR30. YO ACUSO, de Cándido Macarro Rodríguez
Bajo la espesa capa de polvo una luz comenzó a parpadear en aquella vaina metálica que acababa de aparecer procedente de la nada en medio de la Puerta del Sol. La muchedumbre se congregó de inmediato alrededor del misterioso artilugio.
De unas toberas que hasta ese momento habían permanecido invisibles, como fusionadas con la carcasa, comenzó a salir vapor a presión con un silbido agudo que espantó a más de un curioso. Lentamente aquel aparato, con extraños crujidos metálicos, se fue dividiendo en dos partes separadas por una estrecha hendidura luminosa. Con un chirrido estridente el artefacto se abrió de par en par mostrando a un hombre vestido con ceñido mono reflectante. Abrió los ojos y se incorporó. Todos a su alrededor, sintiéndose partícipes de algo grande, sin precedentes, aguardaban con expectación un prodigio.
El hombre de la vaina se puso en pie sobre la misma para tener mejor visión sobre la muchedumbre.
– Vengo de 2084, año de la total aniquilación de la Tierra. Todos mis compañeros huyeron a Ganímedes, nuestra colonia. Pero yo tenía curiosidad por conoceros, por comprender dónde nació el germen que nos ha acabado destruyendo.
Ahora lo entiendo todo.
¡Muchas gracias por vuestro siniestro legado!
Cándido, futurista y muy descriptivo hasta ese final acusador. Suerte y saludos.
Muchas gracias… desde 2084.
Parece que viene a causarnos y a advertirnos de que no es bueno el camino que seguimos. A ver si lo tenemos en cuenta. Muy bueno. Gloria Arcos
Muchas gracias
Cándido
Hola Cándido.
Me ha intrigado toda la descripción de la llegada de la nave y la salida del piloto. Lo que me ha descolocado un poco es la mezcla de género. Por la descripción pormenorizada parece d ehumor aunque luego no esa así. Pero es un micro bien escrito para este homenaje a la ciencia ficción y al 2084. Saludos.
Muchas gracias, Pablo