MAR70. LA COLECCIÓN, de Blanca Oteiza Corujo
Una tarde más, Prudencio se sentó en la mesa con su caja, esa de cartón desgastado que cuidaba como un tesoro. Tras acomodarse y mirar un rato por la ventana abrió la tapa y comenzó a sacar uno a uno los posavasos que guardaba en su interior. Los había coleccionado durante años, traídos de las más variopintas discotecas y locales de moda pasajera. En ellos podían leerse los nombres más horteras que uno puede imaginar, en fondo de vivos colores y sugerentes decoraciones como palmeras, dioses e incluso mujeres bailando ligeras de ropa. Los fue acumulando poco a poco sin darse cuenta que había formado una larga colección. Ahora no sabía muy bien qué hacer con ellos, pero le daba pena desprenderse de su mayor tesoro entre aquellas paredes impersonales de la residencia. Así cada tarde sin mucho más que hacer los sacaba y los colocaba encima de la mesa mientras recordaba tiempos mejores. Uno, dos, tres, y así los iba contando uno a uno hasta el último, el 2084.
A veces tener memoria es un castigo innecesario,triste relato ,me gustó Blanca suerte, Héctor,una pregunta ¿conoces a Solà?
Hola Héctor,
Gracias por tus palabras. No, no conozco a Solá, me pierdo algo importante?
Saludos, Blanca
Muy triste que lo más valioso que tenga sea esa colección. Bueno al menos le ayuda a sobrellevar su soledad. Muy bello.Gloria Arcos
Hola Gloria,
Gracias por dejar tu comentario.
Sí, es un relato triste, el anciano que no tiene quien le visite y sólo se entretiene con sus recuerdos viendo la colección.
Pero desgraciadamente es algo que realmente sucede en nuestro país a muchas personas mayores. Y sí, por lo menos los recuerdos le ayudan a olvidar por un rato su soledad.
Saludos, Blanca
Blanca, los mecanismmos para hacer la rutina más llevadera y renovar los recuerdos, funcionan. En tu cuento se pueden visionar esas tardes y sus manos entretenidas en colocarlos. Suerte y saludos.
Gracias Calamanda por tus palabras.
Saludos, Blanca
Mi mujer lleva muchos años preparando su boock con las fotos de toda la vida para poder exhibirlo en la residencia. Lo guarda en una caja de cartón. Yo me conformo con poder llevar la caja a la residencia, que ya pesa mucho.
Bello relato. Gracias Blanca y suerte.
Gracias Ricardo por tus palabras y suerte con el Book de tu mujer.
Saludos, Blanca
Muchas gracias Ana,
Pues sí, he intentado dar otra visión al tema del mes y se me ocurrió una mezcla de soledad pero a la vez feliz por mantenerse aferrado a sus recuerdos de una vida viajera y un poco fiestera… y como dices contrastes como la vieja caja de cartón que sirve para guardar su tesoro más querido (pues ya no tiene familia ni amigos que le visiten).
Saludos, Blanca
Me ha gustado mucho la manera que tiene tu protagonista de agarrarse a su vida. ¡Suerte!
Gracias Belén por tus palabras.
Saludos, Blanca
Una historia muy triste, bien contada con sencillez y elegancia.
Suerte
Felix Valiente
Gracias Felix,
Me alegro que pienses así de mi relato.
Un saludo, Blanca
Relato muy visual y real como la vida misma. Me pregunto si se había tomado todas esas copas en su juventud, aunque a lo mejor repartidas en años no son tantas.
Un abrazo.
Gracias Susana,
Pues no había hecho la cuenta, pero si divides 2084 entre 50 (por ejemplo) da 41 copas al año… todo depende de lo vividor que hubiera sido…
Saludos, Blanca
A pesar de su sencillez consigue evocar sentimientos de tristeza, nostalgia… y hacer pensar en nuestro presente.
Un saludo
La colección de posavasos como álbum familiar. Dice mucho de la vida de alcohol que llevó y la soledad que le rodeó. Es mi interpretación. Suerte a fin de mes.