MAR89. EL FANTASMA DEL FARO, de Alberto Quiles
Cada año aquel ectoplasma aparece. Cada año, en el mismo día, en el mismo lugar y de la misma forma.
Con la medianoche aparece de las profundidades del mar, dejando un sin fin de huellas invisibles e inexistentes con sus pasos renqueantes sobre la arena humedecida y sin problemas traspasa aquella puerta que derribó tiempos atrás con sus propias piernas para adentrarse en una oscuridad sólo bañada por la luz de la luna. Uno a uno van quedando atrás cada uno de los peldaños de madera desgastada de aquel faro y con sólo el sonido de las olas chocando contra las piedras, termina de contar <<...82, 83 y 84>>. Otea el horizonte como lo hizo antaño con su amado y recuerda como los prejuicios de la gente se lo arrebataron. El reloj del pueblo suena en la lejanía y de nuevo juega con la fuerza de la gravedad. Adiós repite creyendo que aún tiene 20 años, obligado a morir año tras año sin reunirse con su amado por un crimen nunca juzgado.
Muy duro. ¿Cuántos crímenes como este nos quedan aún por ver? Un abrazo.
Muchas gracias a ambas y suerte! !