MAR90. CAZA MAYOR, de José María González-Serna Sánchez
He probado en los pasillos de las bibliotecas y en las mesas de novedades de las grandes librerías; pero nada puede compararse con los clubes de lectura como territorio de caza. Es habitual que en las sesiones iniciales los participantes se presenten con aquellos libros que revelan parte de su ser. Suele tratarse de obras conocidas que hablan de sus almas soñadoras, si optan por Jane Austen o la siempre presente Madame Bovary; o de sus pequeñas rebeldías y sutil histrionismo, si se han decantado por Las flores del mal, por ejemplo. Yo suelo asistir acompañado de 1984, porque me gusta jugar fuerte, arriesgarme a ser descubierto a las primeras de cambio, exponer algo de mi verdad ante quienes sean capaces de traspasar el umbral de lo evidente. Componiendo un gesto adusto, en un lateral de la sala observo y elijo mi objetivo mientras siento también cómo me deconstruyen. La explosión de placer llega con las primeras luces de la mañana, al acariciar el cuello de la presa elegida y hundir la mano en su pecho. Es impagable el momento en que descubren que no soy víctima, sino verdugo.
Hola compañero. Sutil descripción de la caza sexual. Magistralmente escrito y concluido. Perfecta la inclusión de 1984, jugando «fuerte». Me encanta.
Suerte y un abrazo desde Las Américas
Félix Valiente
Avanzas potente sin forzar la historia – cosa que, por otra parte, se agradece- de forma que seduce .
Me gusta tu relato, es un soplo de aire fresco, diferente, bien escrito, divertido y con un toque de dulce crueldad. El título le viene como anillo al dedo, jeje. Vaya, «Las flores del mal» es uno de mis libros preferidos, si alguna vez me apunto a un club de lectura (que leyendo tu relato me entra curiosidad)a lo mejor lo elijo como carta de presentación jiji. Enhorabuena y suerte. Este texto merece quedar en buen lugar.
Bueno y sutil relato.
Suerte, María Rojas
Esa introducción es como una ola gigante que te arrastra a leer con mucho agrado las estrategias de este depredador literario. Lo mejor, el ritmo del relato.
Un abrazo.