54. Marina
Una madrugada cayó en mis redes… O eso pensaba yo. Aceptó gustosa mi invitación a bailar. La profundidad abisal de sus ojos azules, la radiante sonrisa coralina, la suave brisa producida por sus movimientos y la manera de mecerme con el tono de su voz, fue lo que me atrapó a mí. Esa primera noche también descubrí sus besos.
Lo que no estaba a la vista era mucho más valioso, más grande… Tenía una personalidad iceberg. Se quedó en mi vida tan sólo unos meses. Conocí su lado más tempestuoso y también su cara más afable. Navegué por su cuerpo, me asomé al perfil de sus acantilados, disfruté recalando en sus más íntimas calas. Un día, mientras visitábamos a unos amigos, se asomó a la ventana del salón y, según sus propias palabras, sintió que había encontrado su verdadera identidad. Quiso llevarme consigo, pero fui un cobarde. No me atreví a destrozar mi matrimonio, siguiéndola. Se despidió con un simple beso que me dejó un bouquet de salitre. Aquel día, a mí me dio vértigo su misteriosa inmensidad y ella supo que no podía echar raíces.
Un relato muy sugerente y sensual, con matices marinos y bien armado.
Suerte.
Muchas gracias Yolanda. Es mi estreno en este blog. Un saludo
Hola César, bienvenido a este puerto. Me ha gustado mucho tu prosa marinera con esas ideas tan bien hilvanadas. Te has lucido en tu primera publicación y yo te auguro vientos y mareas propicias en tu recién iniciada travesía por este magnífico océano de letras. Al contrario que a tu protagonista, seguro que a ti no te importará echar raíces en este lugar.
Un cariñoso saludo de bienvenida.
ÁNGEL B.
Hola Ángel;
Muchas Gracias por tu comentario. Espero que tus augurios sean acertados y estén a la altura del resto de marineros. Y no te quepa duda de que la semilla que he plantado con este primer relato, crecerá en un árbol con fuertes raices. Un saludo y reitero mi agradecimiento por tu bienvenida.
César
Bienvenido César. Genial aterrizaje en ENTC. Muy buen relato. Suerte.
¡Muchas Gracias Amigo Rufino! Era forzoso que aterrizase aquí, que no un aterrizaje forzoso. Un Abrazo.