27. Allende el mar (Manoli VF)
Palpita fuerte. Tic, tac. Como un reloj sonando en mi oído. Cuento las estrellas para olvidarme del dolor. Con tanto frío no puedo concentrarme en contarlas. Un abrazo de hielo recorre mi corazón. Pienso en ellos, en todos los que dejé atrás con la promesa de la tierra prometida y me olvido. No hay dolor más allá del dolor. Solo la sensación reconfortante de volver al infinito, al lugar donde brillan las estrellas. La inquebrantable voluntad de escapar, hasta el final.
Cuentas muy bien esos últimos momentos de frío y angustia. Me gusta ese volver a las estrellas, al infinito, para mezclarse con todo.
Un abrazo, Manoli
En momentos extremos necesitamos aferrarnos a algo. Más allá del dolor, cuando se rompe el límite soportable, la protagonista quiere creer que regresa a casa de alguna forma, las estrellas son el símbolo en el que se refugia.
Otro abrazo para ti, Inés.
Concentrado texto donde nos haces partícipes de esa aceptación ante lo inevitable que muestra el personaje y, también, de su último deseo. Enhorabuena y suerte, Manoli. Un saludo.
Cuando el objetivo se graba con fuerza en la mente y en la voluntad del personaje no existe nada más, por lo que al llegar a un punto de no retorno, no le queda más que seguir adelante, allende el mar o aún en el mar. Escapar a una vida que tampoco es vida.
Saludos y gracias, Jesús.
Hola, Manoli:
Otro texto, como el de José Ramón, hiperbreve y muy bueno también. Esa férrea voluntad de tu protagonista de seguir hasta, tras el naufragio, encontrarse fundido con el todo, que es lo que le reconforta tras tantísimo dolor, que le ha abierto puertas al infinito. Felicidades. Un beso.
Tal como has dicho, Martín, eso es lo que he querido expresar: dar el todo por el todo. Cuando ya la vida no es vida el intento es la única posibilidad y tras el dolor las estrellas son el único umbral.
Muchas gracias por tus palabras. Otro beso para ti. 😉
Tu protagonista puso todo su empeño, sus ilusiones y sus esperanzas en una empresa nada fácil. Fue una apuesta fuerte que el azar caprichoso ha hecho fracasar. Ya sólo le queda esperar con resignación ese destino más allá del mar.
Un relato breve e intenso, Manoli.
Un abrazo y suerte.
Así es, amigo Ángel, más que resignación es ese punto en el que el cuerpo ya no aguanta más, la calma tras la agitación del dolor como una última gracia de la consciencia, algo así como una defensa emocional. Muchas gracias por tu análisis, compañero.
Un abrazo.
Manoli, cuentas muy bien la fuerza y decision de cambiar tu destino. Suerte y saludos
Es el afán de superación al verse desbordado por la situación. La desesperación que les lleva a ese mar de lágrimas en el que ya nadan interiormente.
Un abrazo, Calamanda.
Veo una gran carga de poesía en tu dramático micro, Manoli. Me ha llegado muy hondo. Felicidades.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, María José. Creo que no existen palabras para describir la escena que narro, lo he intentado con la poesía (que es mi gran debilidad/necesidad) pero siento que es un drama tan fuerte que no puede ser expresado y todas las reivindicaciones son escasas.
Otro abrazo de regreso para ti.
Dolorosamente hermoso tu micro, MANOLI. Tanto, que pone la piel de gallina, pero no de frío: de lo bueno que es.
Un abrazo (no de hielo sino tibio tibio),
Mariángeles
Muchas gracias, Mariángeles. He tratado de narrar lo inenarrable, al principio lo titulé «Más allá del frío» pero luego le puse «Allende el mar» porque el mar puede ser muchas cosas y lo que hay al otro lado también. Me temo que no hay palabras suficientes para este tema, pero si algo de mis letras ha llegado a tu corazón para mí ya es mucho.
Un cálido abrazo. 😉
Un lucha, con tilde poética, por alcanzar sus ilusiones y promesas. Cuando el dolor se deja de sentir, los latidos se van ahogando hasta desaparecer en el mar de las estrellas.
Preciosa manera de narrar Manoli, deja el deseo de querer releerlo una vez más.
Un beso inmenso bonita.
Muchas gracias, María Belén. Tus comentarios siempre dan en la diana, ese mar de las estrellas es un mar en el que se diluye todo. He intentado aproximarme al lenguaje del sentimiento que nos hermana a todos. Gracias otra vez por tus más que generosas palabras.
Un gran abrazo de regreso 🙂
Un viaje siguiendo su estrella, una estela de esperanza que se diluye en el inmenso mar que arrastra sus pensamientos y emociones. Me ha gustado mucho, Manoli. Abrazos y suerte.
Hay estrellas y estelas, que se pierden ante el inmenso mar, Salvador. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por tu tiempo y palabras.
Un abrazo.