46. MÁS CINE, POR FAVOR
Salma pasa la vida cosiendo. En su mesa hay una foto de su hermana pequeña y otra de un chico de ojos oscuros. Tiene dieciséis años, lleva cuatro en la Bombay Textil Corporation. Por las noches duerme en los sótanos junto a otras chicas de zonas rurales. Hay trescientas mesas separadas por exiguos pasillos que recorre el encargado, un uzbeko con un turbante grasiento que fuma sin parar. De las escasas ventanas surgen densas columnas de vapor de humanidad, como la respiración de un descomunal animal acezante. El trabajo es agotador, pero con el dinero que ha ahorrado su hermana pequeña podrá terminar la escuela primaria.
Los domingos va al cine y vive otras vidas. La última vez dejó los suburbios de Bombay para sentir en la cara la brisa helada del Atlántico Norte. Navegaba con los brazos en cruz en la proa de un barco insumergible, mientras un chico de ojos oscuros, intocable como ella, le sujetaba las manos. Las palomitas sabían a sueños, el ruido de las máquinas de coser se perdió entre las olas. Volvió a ser sólo una chica a la que le gustaba un chico y, durante dos horas, fue feliz.
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El séptimo arte merece todos los homenajes. El que le brindas con este relato está a la altura de los grandes reconocimientos. El cine como evasión de una realidad demasiado hosca. Ya sabemos que se trata de ficción pasajera, pero mientras dura, cuando se trata de buenas películas las sensaciones obtenidas no tienen precio, incluso aunque el barco deje de ser insumergible.
Un relato redondo, con homenaje al gran Aute incluido.
Un abrazo y suerte, Lucas
Hola Ángel, certero como siempre. Quería reflejar como el cine (aunque sea en una sala vetusta y sin sonido envolvente) nos abre la puerta a otras vidas. Gracias por tu comentario, me hace mucha ilusión. Abrazo
Un relato sobre la importancia del cine (o cualquiera de las artes) como forma de huir de la cruda realidad. Una película, un libro, una canción de Aute. Todo vale para acercarnos a la felicidad. Suerte y abrazos, Lucas.
Rafael, qué fácil evadirse escuchando a Aute, aunque sean los tres minutos de una canción. Gracias por leerlo y por tu comentario. Un saludo y un 2022 lleno de cosas buenas.