117. Más vale prevenir
Lo tenían decidido. Solicitarían la subvención para el proyecto que llevaban tanto tiempo estudiando.
–Buenos días. Venimos a solicitar la subvención que ofrecen.
–Bien –dijo el Sr. Martínez. –Tienen que cumplimentar estos impresos y traer un memorándum detallado sobre la futura empresa.
Veinticuatro horas después, allí estaban. Martínez, comprobó la documentación y su gesto era cada vez de más extrañeza.
–¿Una empresa para escribir epitafios?
–Esa es la idea.
–No entiendo.
–Sencillo –contestó Alfonso. –Nosotros, en vida de nuestros clientes, escribimos su epitafio y nuestra empresa se encargará de llevarlo a su lápida.
Martínez cabeceaba. Ana, viendo sus reticencias, dijo:
–Le pongo un ejemplo: “Aquí yace el Sr. Martínez, especialista en obstáculos. D.E.P”.
Martínez, dio un fuerte golpe al tampón y estampó el “aprobado” en cada uno de los papeles.
Esther, lo mejor que se espera de un relato es que te genere emociones. El tuyo me ha arrancado una sonora carcajada. Genial.
Mucha suerte.
Jajaja! Excelente relato. Me sigo riendo. Muchas felicidades, Esther. Saludos y suerte con los siguientes epitafios. Jajaja!!!
Una buena idea, narrada con un lenguaje demasiado cotidiano.
Saludos
Jajajajaja…muy bueno, buenisimo.
Por savarle un «ay», podías haber puesto que la empresa pretendía ser especialista en epitafios personalizados, porque borda la exactitud… jajaja
Y Martínez entendió el mensaje sin lugar a dudas.
Muy risueño tu relato.
Un abrazo y suerte.
Me he reído mucho. Desternillante visión de la consigna. Gracias por arrancarme la sonrisa. Mucha suerte 🙂