MAY107. VIOLETA, PRINCESA, Beatriz Carilla Egido
Violeta, princesa, la hora del cuento. Cada noche escuchaba la frase mágica de papá, 365 días al año; 366 si era bisiesto. Me lavaba los dientes, hacía pis y volaba escaleras arriba. Me acurrucaba en la esponjosa cama con olor a jabón y esperaba impaciente que subiera a la buhardilla dispuesto a contarme una nueva aventura de Violeta, la princesa que él creó para mí.
Pronto noté algo raro. Sus pisadas se oían lentas, pesadas. A ratos, las zapatillas guardaban silencio en la escalera. Le costó mucho llegar a mi cuarto y cuando lo hizo me sonrió sin enseñar los dientes. Se sentó al borde de la cama. A la luz de la lamparita me pareció verlo temblar. Abrió la boca como un pez pero no dijo nada. Entonces recordé dónde había dejado el cuento la noche anterior:
—Papi ¿volverás pronto?
Carraspeó un par de veces, tragó saliva y con un débil hilillo de voz acertó a decir:
—Tan pronto como pueda traerte un dragón, princesa.
Aquella noche papá colmó mis mejillas de besos. Yo le dejé las suyas empapadas de lágrimas.
Muy emotivo, aunque el final no desvela, o yo no he sabido ver qué le ocurre al padre.
Aún así me ha llegado la ternura.
Saludos.
Gracias por tus palabras Asun. Es una noche de despedida, de pérdida, que aparece enmascarada en el cuento. Saludos
Hola, Beatriz. Tu relato me ha parecido tristemente hermoso.Muy bien contado. Suerte con tu princesa Violeta. Un abrazo
Gracias, igualmente. Lo veo muy difícil. Saludos
que relato más triste, muy muy bonito, me ericé con ese final, suerte Bea, muaaaa.
Gracias, lo mismo para ti. Este mes no he leído nada por aquí ¿lo has enviado? voy a buscaros Besicos
Sugerente, emotivo, triste, muy triste, y muy bien contado. Se intuye una larga separación, tal vez definitiva. Enhorabuena y mucha suerte. Un abrazo.
Gracias Juancho. Me alegro que se intuya la separación, creo que tampoco hace falta saber el motivo. Lo importante es que Violeta se quedará sin cuento hasta que no regrese su padre. Un beso
Como siempre con ese estilazo, Bea. A mí me ha traído la imagen de la emigración y no puedo menos que relacionarlo con la dureza de los tiempos actuales. Reyes y princesas trágicos cuando la vida va poniendo en ruinas el castillo. Esa relación de padre e hija es tiernísima y real. Un abrazo por aquí y suerte para este relato!
Gracias Luz. Como siempre tus maravillosas interpretaciones enriquecen mis modestos relatos. Suerte también para ti. Besos
Una mariposa como sello http://unamariposacomosello.blogspot.com.es/. Gracias
me ha emocionado mucho porque nos dejas imaginar de que tipo de «marcha» del padre se trata…
tampoco volvió mi padre del mas allá… nunca me prometió dragones es cierto…
me gusta mas esta expresión de «Tan pronto como pueda traerte un dragón» al sempiterno «desde arriba te seguiré cuidando»…
Un micro que merecía estar en la final, escrito con una exquisita sensibilidad, evocador y profundo. Felicidades, Beatriz.
Ángeles