MAY12. PEQUEÑA PRINCESA, de Blanca Oteiza Corujo
Qué le pasa a la princesa, que ni ríe ni llora. Qué le pasa a la princesa cuando está sola.
Por el camino que rodea los muros del monasterio, hoy en ruinas, pasea la niña de ojos vivos y alegres. Se detiene un rato y otro también a recoger flores silvestres que colorean el verde que la rodea como pinceladas impresionistas. La tarde es fresca, de esas que anuncian cambio repentino en la primavera. Las nubes avisan de la lluvia próxima, pero la niña ajena al cielo sigue entretenida.
Risueña mira su ramillete ya completo y marcha con la tonadilla en sus labios de nuevo, camino a su casa. Qué le pasa a la princesa, que ni ríe ni llora. Qué le pasa a la princesa cuando está sola.
Blanca, muy ingenuo e infantil ese momento tan tierno; lo has representado muy bien. Suerte y saludos.
Gracias Calamanda.
Eso quería representar, la ingenuidad en la infancia de una niña cualquiera que puede ser princesa (o no), en una tarde cualquiera.
Saludos, Blanca
Muchas gracias Ana por tus palabras.
Quizás últimamente sin darme cuenta mis relatos hablan de niños, es lo que tiene ser madre de una niña de 6 y de un niño de casi 3. Siempre rodeada de la infancia: tierna, amable, sincera…
Saludos, Blanca
Gracias por compartir estos versos de Ruben Dario.
Un abrazo, Blanca