MAY18. ENTRE LA MONTAÑA Y EL MAR, FLORENCIO PREFIRIÓ VABABUNDEAR, de Mayte González-Mozos
Ni siquiera de plástico. Ya nadie le lleva flores, ni limpian su lápida. Cualquiera que recorra el sendero entre el mar y la montaña, camino del molino, puede comprobarlo. Pues su sepultura está señalada en ese lugar único y privilegiado.
Aquel anochecer mi padre regresaba a su tumba, no sin cierto hastío, cuando se sorprendió al vislumbrar sentado en una de las cuatro esquinas del mármol, a un viejo con barba blanca y un manojo de llaves en el regazo de su túnica. El viento, que silbaba por aquellos parajes, arremolinó su largo cabello níveo.
─Te esperaba Florencio ─le dijo a papá. Y continuó─: Ven conmigo para encontrar la justicia que no hallaste en Vida, y por fin te abriré las puertas del Cielo.
─¡¿Justicia?! Pero Pedro…, si a casi todas las almas les pones inconvenientes por cosas sin importancia, y envías a la gente al infierno. No, no te acompañaré.
Así, el fantasma de mi padre perdió su oportunidad, y sigue visitándome todas las tardes. Ya sólo me tiene a mí. Ahora que soy vieja me alegra tener compañía. Aunque estoy preocupada, ¿a quién se le aparecerá cuando yo muera?
Con tu realismo mágico me he trasladado a ese paraje entre el mar y la montaña. Cuando recorra un camino semejante miraré a derecha e izquierda, por si el fantasma de Florencio apareciera. Al menos buscaré su tumba 😉
Me gusta la reflexión humorística sobre la Justicia. Ni en la Tierra y parece que ni en el cielo. La incógnita final no rompe la redondez del micro.
Aguda reflexión sobre la falta de Justicia Social y sobre el inquietante más allá, desarrollada en pocas líneas. ¡Me gusta!
Inquietante la pregunta con que finalizas, Mayte.
Se nos aparecerá a alguno de nosotros?
Bonito recuerdo de «entre el cielo y el mar, vagabundear» de Serrat.
Sin duda, Florencio, había escuchado la canción de Serrat «…desde ahora vais a verme vagabundear. Entre el cielo y el mar…» Si afinamos la vista camino a cualquier molino, con seguridad que veremos su espiritú libre.