MAY40. DE OTRA MANERA, de Lydia Leyte Coello
No hubo flores. La pareja, tan implicada en el estilo de vida alternativo, se negó a verlas morir en sus manos. La novia, cubierta con un sutil velo de encaje antiguo, portaba una rama leñosa, de la que pendían alegres cintas de algodón con cuentas de cristal. El novio, con un sombrero panamá trenzado a mano por indios guatemaltecos, de Comercio Justo, adornaba la solapa con un clavel de papel pinocho rojo estridente. Tampoco hubo iglesia, ni sacerdote, ni juez. Juraron su amor entre amigos y familiares ante el sol del ocaso, el único oficiante en el que creían. Permanecieron largo tiempo abrazados, con los pies desnudos mecidos por el dulce oleaje del Atlántico hasta que la luna rasgó la oscuridad. La luz de las velas iluminó el espacio. Extendieron manteles de lino en la playa y una fila de oferentes fue depositando los platos del menú, adornados con conchas y algas marinas comestibles, como si fuesen dones ofrecidos a la diosa Atenea. Ensalada de lentejas con tofu…, aliños orientales…, kefir y fresas…, miel de castaño… Solo el escéptico padre de la novia rompió la armonía. En un aparte, se zampó un bocadillo… con carne.
Imaginativo, que es de lo que se trata. Me ha gustado, pero si aceptas una opinión, el título debería contener más fuerza, en realidad es parte del relato. Para mi gusto, prefiero algo menos explícito.
Es una opinión solo, Lydia.
Gracias. Todas las opiniones son bien recibidas. Con ellas siempre aprendemos algo nuevo.
Una opinión: «Se zampó un bocadillo… de carne», esta frase suena «basta» y rompe la armonía del resto del texto.
Saludos.
Hola, Anónimo. Esa era la intención, aunque choque un poco. Frente a la dulzura de esa peculiar ceremonia, preparada de forma tan minuciosa, el padre de la novia se convierte en la nota discordante.
Sí ya supuse que esa era tu intención pero me hubiera gustado otra frase que reflejara ese padre distante, como tú dices discordante… En fin, comprendo que es tu texto y cada uno lo escribe como quiere. Bueno, está bien. Saludos.
Perdonad pero creo que el contraste es perfecto, se supone que todo es super ecológico y vegetariano, y la nota discordante es el señor que se zampa un bocadillo, de carne, que mira con escepticismo, mientras la caen por las comisuras de los labios, unos hilillos rojos, que denotan que le gusta, poco hecha. Y que seguramente está incomodo con los zapatos llenos de arena, esperando acabe tanta tontería y se pueda ir a su casa, mientras le dice a la mujer llorosa que tiene al lado, soportandole,que eso ni es una boda ni es nada.
Gracias, Alfred. La última frase, a mi modo de ver, tiene que ser rompedora, un poco árida. Manifiesta la forma de pensar y de actuar de un hombre que se adapta a los deseos de su hija, pero que está en absoluto desacuendo con sus ideas .