MAY47. LA CASITA DE LA PRINCESA, de Jone Miren Asteinza
Siendo una niña la princesa se hizo una casita en el cuarto creciente de la luna donde vivía con un precioso búho gris que compartía su vida con ella y le acompañaba a todas partes. Por las noches, salían al porche y juntos se sentaban al fresco. Se quedaban embelesados mirando a la luna llena, con el corazón henchido de ilusiones, con la esperanza creciente en un mañana perfecto. Un mañana donde los árboles se vistieran con verdes ropajes, el dorado cubriera los sueños y la música sellara la felicidad de ese preciso instante entonando plegarias de nácar.
Un idílico relato que invita a quedarse en ese lugar de ensueño.
Mucha suerte y besos.
A mi me gustaría a tener una casita así donde perderme en mis dias triste.
Buen texto. Mucha suerte.