MAY57. DE PASO, de Alicia Barajas
Tres días ha que no habla, no come, no consiente compañía alguna. Se la ve deambular de una estancia a otra en palacio. Al caer la noche, su inquieta sombra ennegrece el castillo y su llanto se mezcla con el canto de las cigarras y el croar de las húmedas ranas.
No encuentra consuelo a tanta aflicción.
Atrás quedaron las perdices que auguraban felicidad. No imaginó entonces que su condición de princesa fuera pasajera.
Y ahora, se pregunta con perplejidad qué diablos es eso de ser Reina.
Toma, toma, toma!! Qué pasada! Es cierto que ha todas las princesas nos ha ocurrido lo mismo!! Jopé, cuánto pesa la corona!! Muy bueno, Alicia.
Pues tal vez Reina por un día. O Reina de un Reinado poco duradero. A la larga es mejor el reinado hecho a la medida…ese si es verdad que no falla, Alicia;aunque a veces, ni tan siquiera, aparezcan las perdices.Maravilloso relato que me ha dado que pensar. Un placer. Abrazos.
Sí, Aurora, la corona es muy pesada… tanto como valiosa. Ser princesa es el camino, ser reina es el logro. Un saludo y gracias por tu comentario.
Tanci, ser princesa es la antesala del gran cometido: SER REINA. Ahí se juntan las tareas: los derechos por el puesto que ocupa la Reina y, a su vez, la responsabilidad y los deberes que tal cargo significan. La pobre princesa nunca supo lo que se le venía encima. Muchas gracias por tu cariñoso comentario y por tus ánimos. Besos
Tu cuento contiene mucha verdad, Alicia: todas las niñas sueñan con ser princesas, pero muy pocas con ser reinas.
Me ha gustado tu relato.
Un abrazo.
Gracias Nicoleta. Ser princesa es algo temporal, un paso previo a lo que es realmente importante: ser reina. Esto último es difícil, permanente, lleno de responsabilidades… y, al mismo tiempo, el premio a todo lo anterior. Un saludo
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