MAY76. LA TRASCENDENCIA DE LO EFÍMERO, de Maricarmen Brun
Aquella primavera viajábamos empujados por el viento de la pasión y la ilusión de comenzar un proyecto de vida en común. Una espectacular llanura de margaritas blancas apareció ante nuestros ojos. Nos bajamos del coche dispuestos a disfrutar de la belleza que la naturaleza nos mostraba y de repente todo se volvió mágico: unas enormes alas surgieron en nuestra espalda, los ojos adquirieron un tamaño desproporcionado, nos crecieron patas: convertidos en juguetonas abejitas, comenzamos a elevarnos en el aire, a revolotear de flor en flor, a juntar nuestros cuerpecillos entre la hierba fresca de la pradera, a percibir el dulce aroma que lo embargaba todo, y a libar el dulce néctar que tan oportunamente se nos ofrecía hasta culminar en el más apoteósico éxtasis.
La primavera siguiente no hubo pasión ni siquiera hubo flores
Me he encontrado volando contigo, Maricarmen, me gustó.
Sencillamente Bello, que buen gusto de unir letras y formar bellas palabras.Imagenes y sentimientos encontrados.