MAY77. EL MES DE LAS FLORES, de Pilar Montes Conde
No hubo flores ese mayo de 1960, afortunadamente, para Ana.
En el colegio se celebraba el mes de las flores,un domingo las niñas vestidas de blanco cantaban «Con flores a María», depositando ramos al pie de su imagen.
Ana tenía 13 años, no quería ponerse el vestido blanco, ni cantar, ni llevar flores, sobre todo no quería que Carlos la viese así, ya no era una niña.
Carlos era el chico del que estaba enamorada, formaba parte de la pandilla con la que pasaban los domingos, se sentaban en el parque y mientras comian pipas sus manos se acercaban y rozaban. El último domingo al despedirse se atrevieron a darse un beso.
Cuando se lo contaba a sus amigas en el recreo Sor Piedad las escuchó, a gritos la dijo que no era merecedora de cantar a la virgen, por eso como castigo no formaría parte de las niñas que harían la ofrenda de flores.
No hubo flores en mayo para Ana, hubo lágrimas como en cualquier primer amor, pero esa es ya otra historia.
Felicitaciones por tu blog y su contenido, estuve leyendo tus micros, me encantaron.
Cariños.
Todo lo relacionado con las relaciones de ambos sexos en su tiempo todo, hasta lo más inocente, era pecaminoso. Todo el mundo vivía como si estuviera metido en una camisa de fuerza. Y cuando llegaron los años 60-70 muchas personas trataron de vivir quitándose el peso de «que todo era pecado»… aunque las primeras mujeres que lo hicieron, duramente lo pagaron. Solo se liberó alguna gente en ciertos aspectos pero por dentro seguían estando las mismas corazas. Distintas varas de medir a mujeres y a hombres. Y ésto último lo han hecho tanto hombres como mujeres.
Todavía está muy lejos de alcanzar una verdadera y sana libertad, sin tener el juicio de alguien encima de ti.