MAY89. DON ESPECIAL, de David Moreno Sanz
El padre Matías, además de maestro destaca por su acentuada sensibilidad y amor hacia los seres más frágiles de la naturaleza. Por ello, desde su llegada fue el más adecuado para hacerse cargo de las rosas, amapolas y margaritas que cada mayo crecen en los terrenos alrededor de las escuelas.
Ya no hubo nunca flores tan mimadas: les suministra el mejor abono, se preocupa de protegerlas si el viento azota con intensidad, las riega cada atardecer, corta las partes enfermas para sanearlas, les canta incluso y reza por ellas.
Igualmente, atiende a los niños y niñas. Les recoge sus lágrimas como si fueran pétalos que caen en otoño y les arregla la carita triste pintándoles sonrisas con los caramelos que les regala cuando abandonan su habitación descamisados.
About Post Author
Qué pena, tan majo que se veía, tan bondadoso él…
Si es que el no mires, no toques, no puede traer nada bueno a nadie. Muy bien llevado, David, hasta el final. Me gustó.
Un abrazo.
Brutal, David. Me lo estaba viendo venir. Es un texto redondo, sin fisuras y contundente. Como un bofetón. Un abrazo y mucha suerte.
Ese amor a los más frágiles ya da una pista, detrás de tanta sensibilidad y lindas palabras, al final, bofetón en toda la cara. Escalofriante, por su posible cercanía con episodios reales. Enhorabuena. Saludos
El mayor acierto del relato es que hay una palabra que soporta todo el peso de la historia, y es la última, para darle la vuelta brutalmente. Hasta la palabra, descamisados, está bien elegida por su «inocencia» Es muy bueno, estarás entre los seleccionados.
Todo el texto está genial y pienso como Isabel, que encima esa palabra tan «inocente» despliega la verdad que oculta el relato. Está muy logrado. ¡Felicidades!.
Quisiera hacer un comentario sobre la historia de deja ver… no solo el estamento sacerdotal ha podido incurrir en algunos casos en abusos… toda la sociedad en todos sus extractos ha tenido personas así que realment eran enfermos, sufrían una adicción y un impulso incontrolable y probablemente despues un montón de remordimientos. Pero estas personas no son las más peligrosas… las más dañinas son aquellas que no sienten el menor remordimiento por sus victimas. Además psicologicamente son muy poderosos y se adueñan de la fragilidad de sus victimas que están están «prisioneras» en ese círculo que se forma entre agresor y víctima. Luego esta última no suele denunciar porque no puede, «se siente culpable», en otros casos está cautiva, en otros amenazados…
No hay que olvidar que los sacerdotes también han hecho una labor inmensa ayudando a la sociedad y muchas veces son los únicos que están al lado de los más desfavorecidos.
Un saludo.
Gracias por vuestros comentarios.
Las flores y mayo inspiran alegría, colorido, mas he querido sorprender y tratar un tema duro. Duro por doble motivo, por las víctimas, niños inocentes, y por los culpables, personas a las que se les tiene por cercanos a la bondad y a Dios (un Dios en el que no creo, al menos, mientras esté vivo).
En cuanto a la forma, he querido ocultar esa dureza hasta el final, para sorprender y que la crudeza del asunto cayera como un jarro de agua fría con la palabra “descamisados”, dando un vuelco al microrrelato. Bien si lo he conseguido.
Quiero dejar claro también que no pretendo juzgar a todo el estamento sacerdotal por igual, no ignoro que algunos realizan una labor social. Pero sí me indigna la tibieza con la que se han juzgado unos hechos denigrantes y totalmente condenables. Lo de dejar que los niños se acerquen a mí, no debiera ser para abusar de ellos.
Estoy abierto a escuchar opiniones.
Enhorabuena por vuestros microrrelatos, hay muy buenos por ahí.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
David, no te indignes por la «tibieza» con que se ha juzgado los hechos… porque en realidad la condena la llevan sobre todo dentro de ellos mismos. Lo mejor que le puede pasar a una persona cuando llega a su mayoría de edad, o a las puertas de la muerte, sentir y saber por dentro que ha sido durante toda su vida una persona digna.
Muy bien llevada la historia, en ningún momento se sospecha quién y como es realmente el padre Matías. Muy duro.
Besitos
En fin, este relato está bien escrito, deja la sorpresa y en muy pocas palabras, define a los protagonistaa y también, los sucesos. Consiente que el lector se acerque a un final inesperado. sacude y llena su calidad…
EL jurado tiene la última palabra, si coincide con la mía, me alegraré. ¡Enhorabuena! lns
Leía tan contenta todo esta sensibilidad de Don Matías hacia las flores, que me he despistado en el ambiente floril que estabas creando. Al llegar al final, ¡zas!, ¡vuelta de tuerca! y tu palabra «descamisados» me ha provocado un escalofrío.
Me ha gustado mucho, David, Un beso.
Un micro excelente, David, en el que se encierran muchas de las virtudes del género.
Dentro de un esquema de acción posible y ajustándote a un desarrollo estricto de la trama, nos llevas hasta un final de puñalada; de esos que se clavan en la conciencia del lector.
Mis aplausos.
Un abrazo,
Un giro brutal el que das al final con el mismo tono tierno.
Es tan brutal que cuesta opinar. Deseé que no fuera ese final, que los caramelos fueran inocentes, pero no.
Las cuatro últimas líneas ya son toda la historia, y están cargadas de poesía.!Lástima que duelan ¡
Suerte.