70. ME FALTAS TÚ (Ana María Abad)
Ahora que ya no estás, busco a diario todo tipo de pequeñas tareas que me mantengan ocupada, desde limpiar el polvo al interior de los libros hasta pegar una y otra vez esa patita de tu caballo de cristal favorito que se empeña en seguir desprendiéndose del pobre animal, cabizbajo y opaco desde que faltas. Todo para no tener que sentarme en mi sillón y enfrentarme al tuyo, que languidece deshabitado entre las sombras del atardecer.
Ahora que ya no estás, envuelvo mi cuerpo desamparado en una manta de recuerdos. Nuestros paseos por el parque cogidos de la mano, compartiendo paraguas, cuando me robabas un beso con la excusa de enjugar de mi rostro las gotas de lluvia. Nuestras noches de lectura junto al fuego mientras el gato, tras el ventanal, jugaba al escondite con la luna. Nuestros momentos tiernos, los apasionados, los cómplices. Las palabras y los silencios, las sonrisas, los roces, las miradas.
Siempre supe que no era perfecta, aunque tú lo refutases entre risas, pero ahora que ya no estás me siento, además, incompleta. Nunca pensé que el amor eterno pudiera pesar como una losa en tu ausencia.
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Es lo malo del amor eterno, que cuando te falta tu mitad te rompes del todo…
Tengo que decir que te superas: este micro es poesía sin versos.
Un abrazo y suerte, pero poca, que hay que dejar algo para las demás, jeje.
Muchas gracias por comentar tan generosamente, Rosalía. No sólo es nuestra otra mitad, vamos perdiendo a gente muy querida por el camino y las ausencias se acumulan, aunque parece que en el corazón siempre hay sitio para los que van llegando, que también los hay y, en ocasiones, vienen a raudales. Eso equilibra un poco la balanza.
Un besote.
Una escritura impecable para transmitir lo incompletos que nos quedamos cuado se marcha alguien cercano y querido. Es cierto quue la vida sigue para quienes aún no ha sido su hora, pero también que nada vuelve a ser lo mismo.
Un abrazo y suerte, Ana María
Muchas gracias Ángel, siempre tan acertado en tus comentarios.
Es cierto que esas ausencias nos cambian la vida y también que no queda otra que adaptarse, pero que seamos conscientes de ese hecho no hace que nos resulte más fácil.
Abrazos de vuelta.
Como ya han comentado, pura poesia tu micro.
A veces nos damos cuenta cuando la persona se va de lo importante que era en nuestra vida. Hace poco leí que quizás no se trata de buscar un amor en la vida sino el amor.
Un abrazo Ana María.
(Suerte no te hace falta 😃)
Muchas gracias Encarna.
Pues nada, una caña larga, un buen cebo y a pescar amores se ha dicho.
Un besazo enoooorme.
Me voy a repetir. Ya te lo han dicho. Poesía esencial, sin edulcorantes artificiales.Bellísimo relato. Enhorabuena,Ana María.
Un abrazo grande.
Mucha gracias María.
Me alegra mucho que te haya gustado lo suficiente para comentar. Y se repite las veces que haga falta, yo lo agradezco igual la primera que la última.
Abrazos de vuelta.
El duelo, la asunción de la pérdida, abren la puerta a la nostalgia como la pesadumbre del sillón desocupado arrastra la emoción de los momentos vividos hasta ese lugar donde nace la poesía. Tú has encontrado, además, la sensibilidad para escribirla. Mucha suerte, Ana María, un abrazo.
Muchas gracias Paloma. La nostalgia, esa compañera inevitable en estos casos, que puede dar lugar también a pensamientos hermosos.
Abrazos de vuelta.
Hola, Ana María, tu relato es de esos que, a pesar de ser pura poesía, duelen. Reflejas tan bien la soledad del que la sufre…A mí me ha dado vértigo, porque cuando acumulas muchos años con la misma persona y el cariño prevalece ante todo tipo de vicisitudes, sabes que cualquier día te puedes ver en la misma situación que tu protagonista. Felicidades, suerte y un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario Juana María. En efecto, el miedo a perder a una persona querida puede hacernos muy cuesta arriba el día a día, pero hay que procurar dejar ese temor a un lado y centrarse en el presente para aprovechar cada momento con ella. Y después… bueno, siempre quedarán los buenos recuerdos.
Besos.
Emotiva historia. Si la muerte no ha ocurrido recientemente sospecho que esta mujer no ha elaborado bien el duelo y necesita ayuda externa. Demasiado apego, si no lo suelta la vida que le queda resultará un infierno.
¡Que alguien la rescate!
Qué belleza de micro y de historia. Me encanta, toca la fibra sensible y te deja con el corazón encogido pensando en aquellas personas que amamos y se han ido. Bravo. Muchísima suerte
Los recuerdos de los seres queridos que ya no están con nosotros resultan dolorosos al principio, aunque el tiempo todo lo suaviza y al final sólo quedan los buenos momentos y una tibia sensación agridulce.
Muchas gracias por pasarte a leer y dejar tan amable comentario Jesús.