57. MECANISMOS INCREÍBLES (A. Barceló)
Los conocimientos que el hermano Andrew atesoraba sobre los usos medicinales de las plantas eran una bendición del Señor para aliviar las dolencias de toda la congregación, por eso, el Abad le liberaba frecuentemente de sus obligaciones para que pudiese ir en busca de sus hierbas.
En una de sus salidas, Andrew se afanaba por encontrar una rara clase de cardo, muy efectivo en el tratamiento de problemas hepáticos, cuando observó un intenso reflejo. Al acercarse al lugar del que provenía, descubrió un extraño brazalete que llevaba adosado un complejísimo mecanismo. Consciente de lo extraordinario del hallazgo, el religioso se persignó pensando que aquello podía ser una prueba irrefutable de la existencia de Dios.
Escondido tras unos matorrales, el Capitán Paley maldecía su suerte por no haber tenido tiempo de encontrar el reloj que acaba de perder, tras una aparatosa caída, antes que aquel puñetero monje.
Meses más tarde, Paley no podía dar crédito a que aquel objeto se encontrase catalogado como misterioso oopart de dudosa procedencia y se mostrase expuesto sin mayores repercusiones en un museo de poca monta. ¿Cómo podía haber quedado anulada una prueba tan comprometedora sin necesidad de volver a viajar en el tiempo para recuperarla?
«Oopart: Out Of Place ARTifact. Término acuñado por el criptozoólogo estadounidense Ivan T. Sanderson (1911-1973),
que hace referencia a un objeto de valor histórico, arqueológico o paleontológico que se encuentra en un contexto muy inusual o aparentemente imposible que podría desafiar la cronología de la historia convencional», en este caso, el reloj pulsera metálico que el Capitán Paley pierde viajando en el tiempo y el hermano Andrew encuentra mientras busca hierbas medicinales… ¿Cómo no iba a ser prueba irrefutable de la existencia de Dios un reloj moderno, que en esa época no existía y encima, para empeorarla, siendo una prueba comprometedora que debía ser recuperada a toda costa? Con un capitán tan desesperado por recuperarlo, a una le queda la intriga de qué cosa prueba ese reloj… ¿Quizás que viajar en el tiempo es posible?
Un micro que une tiempo, espacio, personas y objetos en un mecanismo increíble…
Felicidades, querido Barceló.
Cariños,
Mariángeles
En una convocatoria con los relojes como tema y, por extensión, el tiempo, aún no había aparecido ningún relato sobre viajes de una época a otra y es una buena idea, porque resulta fascinante; además, lo has tratado muy bien. Un reloj de pulsera en la Edad Media solo podría considerarse obra del Creador o de Lucifer. Si en nuestra infancia nos hubiesen dicho que tendríamos en el bolsillo un dispositivo con todas las posibilidades que tienen los móviles actuales, también nos hubiera parecido increíble.
Un relato imaginativo, que llama a la fantasía, en la línea de los pioneros de la Ciencia Ficción, como Julio Verne.
Un abrazo y suerte, tocayo
Hola, Mariángeles.
Como siempre, preciso y precioso tu comentario. Gracias a él, me he dado cuenta que había cometido un error al pegar el texto y por eso, o porque yo no he sabido hacerlo, no queda muy claro el sentido último del relato. Lo he rectificado y espero que, ahora se intuya al menos lo que pretendía. El Capitán Paley (que por cierto he apellidado así para traer a la memoria la célebre teoría de William Paley sobre el argumento del relojero) se sorprende de no haber tenido que volver a viajar al pasado para anular una prueba de que puede hacerse esto mismo. Sé que es un poco costoso de ver y, mea culpa, a veces pretendo meter demasiadas ideas en un relato tan corto. Quería trasladar la contradicción entre la fe ciega del religioso y la incredulidad de toda una sociedad para dar por buena una prueba de algo que es incapaz de asimilar y que queda por siglos ninguneada, cuestionada e incluso relegada a la categoría de cosa estrambótica, misteriosa o fraudulenta.
Perdón por la extensa explicación, si es necesaria es porque quizá no haya conseguido trasladarla en el relato.
Cariños para ti también y un cálido abrazo.
Hola, estimado tocayo.
Te confieso que esta convocatoria me ha costado bastante sacar relato. Le di la vuelta a muchos temas hasta que llegó éste y he tenido que desechar varios textos porque no me convencían. Me sorprende bastante que hasta ahora no se hayan tratado los viajes en el tiempo, siendo uno de los temas propuestos los relojes.
Un cálido y amistoso abrazo, Ángel. Yo también te deseo suerte, aunque con tu buen hacer casi no la necesitas.