138. MELENAS SALVAJES
La isla de las mujeres es tan leve que el menor terremoto la propulsa. Cruza entonces mares de trasatlánticos monótonos, redes de arrastre, obedientes aves migratorias. A veces se detiene frente a una costa habitada. Los bañistas las espían desde su orilla mientras preparan el abordaje. Las isleñas los ven acercarse rugiendo en sus lanchas.
“Ay, los hombres”, advierten las viejas sentadas en los acantilados.
“Ay, los hombres”, se relamen las jóvenes desnudas sobre la arena.
Durante días yacen con ellos. Sus vientres morenos los absorben. Hasta que una mañana, los hombres quieren construir viviendas, trazar calles, desbrozar el bosque. Ellas les preparan las lanchas. Apuntan al corazón con sus flechas.
Los despiden llorosas agitando sus melenas salvajes.
No está mal el relato aunque me gustaría leer,no lo digo solo por ti,lo comento en general,algún relato que saliera del esteteotipo y no fuera tan politicamente correcto.
No es contra tu relato Miriam q está bien construido es una idea general q comento aquí después de leer varios en el mismo sentido.
Saludos y disculpas por el mediomitin.
Muy bonita historia, me parece que encarna muy bien el sentido del tema del mes.
Felicidades.
Has hecho una bonita mezcla de cosas y cuando lees tienes la sensación de moverte, de ir de un sitio a otro. A mí la lectura me resulta casi hipnótica. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂
Gracias a todos por los comentarios, Bluess, Asun, Juan Antonio, un abrazo enteciano.