113. Mi Yo
Llegamos, en el momento que menos pensábamos hay están cambiando de nuevo su rostro, reflejando tan oscura penumbra, acariciando una piel que no sentía, permanecía oculta en aquellas cenizas ardientes brindando el aturdido ruido que me llevaba para demostrar quién era.
Todo daba a la mirada de aquella mujer escondida de estímulo saludable de mejillas rosadas de ojos claros y felices decían al verla, pero llego el momento tenía la vista real de las máscaras que tenía armadas en sus pensamientos llenos de claro festín que siempre encontraba.
Este es un relato confuso y oscuro. Empezando por la primera líneas «¡ay!» o «ahí»? «hay» no me encaja…