110. Microclima
Las montañas de Aribia son, en apariencia, frías. Es posible que el cambio climático agudice en invierno precipitaciones de nieve que se originaban ya hace más de treinta años. En las zonas altas, de cumbres escarpadas, las necesidades básicas se cubrieron con dificultad como en una aldea de habitantes de temporada, cuando el hielo permite el acceso a los valles a través de peñascos y meandros que esconden trincheras difusas. Los caminos se señalan con pasos marcados de soldados de otro tiempo, de otros combates y refriegas. La vegetación es escasa y atraviesa el valle configurando en las especies boscosas formas singulares apaisadas, entre las que muchos aventurados han perdido el norte y la cabeza.
Con el deshielo, la nieve descubre con lentitud huesos en los que crecen flores de estación, realmente únicas. Y otras, entre reflejos lunares, crecen perennes. Por ello, querida Aribia, tú eres la geografía de mi deseo, y yo el hombre del tiempo en tu cama, el que nunca se cansará de desvelar los paisajes insólitos de tu cuerpo.