Micros-copa Ronda 3: Ensayo y error
Seguimos analizando textos coperos. Esta vez había que inspirarse en esta preciosa foto de Eva García
Ensayo y error de Patricia Collazo
Ha sobornado a todas las margaritas del parque para que le respondan ”Mucho”, pero sigue siendo invisible para él. Y eso que es la más visible de todas las chicas del grupo, piensa con ironía.
Frente al lavabo, prueba sostener su cabello en alto para afinar las facciones. La carne flácida colgando del brazo hace que lo baje. Presiona el abdomen desnudo justo donde quisiera recortarlo. Se retuerce papada y mofletes. Entonces gira para forzarse a vomitar todo el contenido del estómago. Su imagen permanece un instante en el espejo. Tan delgada que parece enferma. Pero ella no la ve.
(+) Poner un relato de Patricia en el microscopio, tratando de encontrar aspectos mejorables, no es nada fácil. Desde el punto de vista formal, ortográfica y sintácticamente, me parece impecable, nada que objetar.
(+) Me gusta el que vaya dejando miguitas de información que al llegar al final nos dibujan un camino bien perfilado por la autora. Esa duda de si le quieren, esa ironía de que ella es la más «visible = gorda», los «ensayos» frente al espejo para ser más guapa=flaca y por tanto más querida. Igualmente el uso de las palabras, afilar, flácida, recortar, papada, mofletes, que van in crescendo haciéndonos ver la otra historia que ocurre en la cabeza de la protagonista.
Ahora bien, mirándolo bajo la perspectiva del contexto en el que nos encontramos -una eliminatoria de la Copa, con una imagen en la que debía inspirarse el relato- cabe preguntarse por qué no ha conseguido pasar de ronda. Una razón, importantísima sin duda, es la calidad del relato de la contrincante, cuestión que escapa a la responsabilidad de la vigente campeona. Pero pueden haber otras que sí habrían estado en su pluma abordar de otra manera.
(-) Como el tratamiento de la imagen que debía servir de inspiración. La margarita y la moneda, que encontramos nada más empezar a leer, no llegan a formar parte del núcleo del relato. Aparecen muy cogidas «con pinzas». Es más, podríamos suprimir enterito el primer párrafo y lo que nos queda tiene sentido y entidad propia como cuento. Aparenta, aunque no se pueda afirmar, que la introducción se ha añadido a un relato ya pre-elaborado y por tanto es perfectamente prescindible.
(-) Otro aspecto que puede haber jugado en contra de Patricia, en la distribución de votos, es el tema elegido. La anorexia y la bulimia han sido ya muy tratados en la micro literatura y resulta muy difícil sorprender. Ello no afecta a la calidad de lo escrito, pero no hay que olvidar que nos encontramos en una competición y es importante cuidar todas las variables.
(-) El título no lo acabo de entender. Imagino que quiere decir que está ensayando delante del espejo cómo estar más guapa y «error» porque hace lo incorrecto al vomitar, pero no sé si me convence como título ya que es una frase objetiva frente a la subjetividad/irrealidad que narra el texto.
(-) La primera frase de «ha sobornado a las margaritas» es la que engancha el texto con la foto propuesta y me parece un tanto forzada. Creo que la idea de «valgo o no valgo» , «soy valiosa o no lo soy» es decir solo valoro en mi el físico con la duda del si/no que representan las margaritas podría haber sido el hilo conductor de esta historia y haberla hecho más redonda y ceñida a la imagen propuesta.
(-+) Gracias por la invitación al «micros-copa».
Ya que se me permite ejercer de Dios y cambiar a mi antojo, diría que hay un par de frases que si pudiese tocar del texto las cambiaría. Ese «piensa con ironía». Lo entiendo, pero quizás «piensa con tristeza» o incluso «rabia» creo que encaja mejor en esta situación. Otra es «Tan delgada que parece enferma». Creo que a estas alturas del relato el «enferma» es innecesario y sugeriría poner «invisible» que contrastaría con el «visible» inicial.
Por cierto, ya que en mi infinita sabiduría puedo iluminaros, os diré que el número de pétalos que tienen las margaritas -y muchas otras flores- sigue la serie de Fibonacci: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377…
Y me despido de vosotros que yo sí que sigo «ensayando y errando» con vosotros, queridos hijitos.
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Soy una persona de suerte. Que me juzguen un ángel y un demonio con tan bueno criterio y capaces de hacerme comentarios tan acertados y constructivos, ya es un regalo. ¡Pero que el mismísimo dios se digne a participar en temas tan terrenales como este, es un honor inmerecido!
De verdad os digo a todos: ¡gracias, gracias, gracias!
Si ofrecí mi cuento para que fuera analizado fue porque lo creía un buen cuento pero sabia que fallaba en algo en el contexto de la copa, aún antes de que fracasara en la competencia.
Después de darle muchas vueltas, sí había llegado a algunas de las conclusiones que mencionáis (que la primera frase podía sonar forzada, que el título no era tal vez el más adecuado, la palabra «enferma»…). Me alegra que mi autocrítica haya llegado a puntos en común con los vuestros, porque creo que para un escritor es importante ser certero a la hora de juzgar el propio trabajo. Me habéis aportado, claro está, otras cosas a revisar que pueden enriquecer el relato y os lo agradezco de corazón.
El cuento no estaba escrito, lo escribí para la copa (que eso es lo divertido de competir, y no recurrir al arcón de los recuerdos). Sin embargo es cierto que al escribir la frase inicial tenía en mente una idea que no tenía que ver con la anorexia, y tal vez ese sea el motivo de que encontréis esa «desconexión» entre ella y el resto.
Lo del tema «ya muy usado» no me lo había planteado. Porque en general pienso que no hay temas «usados» sino formas distintas de abordarlos. Sí, tal vez peque de confiar demasiado en mis posibilidades, pero lo cierto es que a pesar de estar en una competencia, tampoco es que he escrito pensando en qué debía escribir para ganar. Y eso me alegra. Porque al no haber ganado he tenido la posibilidad de contar con este exhaustivo análisis de mi cuento que es ya en sí mismo un gran premio.
Por otro lado, está claro que la calidad del relato de mi compi Asun ha sido decisiva a la hora de las votaciones, por lo que vuelvo a felicitarla desde aquí.
Por último: ¡Gracias, Mel! Te debo otra. Así que ya sabes, puedes contar con mi disfraz de ángel o demonio en el futuro.
Un abrazo a todos.
¡Ah! Dios, olvidaba decirte: Soy una friki de las mates. Me flipa todo lo relacionado con la serie de Fibonacci, el número aúreo, las proporciones de la belleza… Claro, como eres dios y todo lo sabes, sabrías que este comentario me iba a encantar. ¡Mil gracias!