Microscopio 50 : Él nunca lo haría
Seguimos con la actividad normal del Microscopio, analizando textos como este:
El nunca lo haría
Ahora que ella no estaba, le tocaba a él en exclusiva ocuparse de Kaiser. Y ahí lo tenía ahora, aturdiéndole con sus ladridos y mirándole expectante. Echó un vistazo al reloj; era la hora de su paseo nocturno. Fastidiado, dejó el martillo sobre la mesa de trabajo, cogió la chaqueta, la correa y abrió la puerta.
El perro salió como una exhalación. Maldita sea, tenía que haberlo atado antes. De nada sirvió que lo llamara, corría como loco hacia el bosque cercano hasta que encontró el lugar. A duras penas, consiguió arrastrarlo a casa; no paraba de olfatear, gruñir y remover la tierra con las patas. Debía de echarla mucho de menos.
(+) Es un relato inteligente que desde el principio juega al despiste con el lector ya que el título nos induce a pensar que la víctima es el perro. Es decir nos está engañando muy sutilmente jugando con nuestra mente y conocimientos/prejuicios, pero realmente no hay nada que nos engañe. En este sentido un diez para el planteamiento y el título.
(+) También me gusta el inicio de «ahora que ella no estaba», es cierto y no adelanta por qué no está. Parece que el problema o planteamiento del texto es que «momentáneamente» debe ocuparse él del paseo del perro.
(+) La palabra martillo que hace de detonante en la mente del lector, porque hasta ese momento el relato transcurre como una escena de lo más normal. Esa simple palabra, zas, despierta al lector. Atento, aquí pasa algo. Eso es un gran logro en un micro.
(+) A partir de ahí el relato cambia, se acelera, ya muestra más y es cuando el lector junta todas las piezas y comprende que el marido es un asesino y el perro jamás lo haría.
(+) Me gusta mucho los títulos que resuelven el relato y más este que ya nos ha predispuesto en sentido contrario. Es todo un acierto.
(-)Título : Me recuerda demasiado al anuncio y eso en general me predispone a pensar que van a abandonar al perro y como no es así, me ha descolocado. Posiblemente esto es un tema personal, que a más lectores les puede ocurrir, cierto desagrado por encontrar frases hechas que nos sugieren una línea de pensamiento.
(-) No sé si entiendo bien la historia. El martillo y remover la tierra con las patas, todo ello ¿sugiere que el hombre ha matado a su esposa? Bien, me confirman desde la organización que es así. En este caso diré que sí, es una opción que se me pasa por la cabeza pero que como lector no consigo verlo a la primera, me lo explican y lo entiendo, pero creo que un texto debe ser más fácil de comprender.
(-) Se repite un par de veces «ahora» y «hora», estas cacofonías afean el texto. Idem con «aturdiéndole» y «mirándole»
(-) El tema del martillo, mesa de trabajo y paseo nocturno. ¿a qué se dedica ese hombre que trabaja de noche, en casa y con un martillo (con su mesa de trabajo) ? Creo que el autor podría evitarse esta explicación que en realidad sólo me plantea para qué nos lo han contado puesto que con el perro «encontrando el lugar» escarbando y finalmente que echa de menos a su dueña podemos entender (algunos con explicación) que la ha matado.
(-) Siguiendo con lo de arriba, si se está narrando que ha ocurrido un crimen, me gustaría que el tono del relato fuese mucho más acorde a la situación, aquí, y dicho con cariño, es todo un poco soso. Creo que el tipo debería haberse perfilado como más malvado. Ha matado a la esposa, la odiaría, pues que odie al perro, o que le tenga miedo porque él sabe lo que ha ocurrido.
(-) El final me mata. «Debía de echarla mucho de menos» ¿qué clase de asesino blandengue diría eso?
(-) Hay una cosa que quisiera comentar y que además lo he leído alguna vez en esta sección y es la gran diferencia de lectura como público en general y como opinador del microscopio. Me explico, si lees este texto y reflexionas sobre él, descubres mucho más que si lo lees entre otros varios y entonces pasa mucho más desapercibido, cosa que quizás como escritores debamos tener en cuanta según qué destino tenga el cuento, si para un concurso o para un taller de escritura etc.
El privilegio de ser Dios y haber escuchado cánticos celestiales y bramidos diablescos, y además poder hacer y deshacer en este relato me llevan a decir que si yo tuviese que escribirlo:
- Seguiría esa línea «inteligente» de que parezca una cosa y en realidad se nos está contando otra, y que sea el lector quien lo descubra. Me quedo con el título.
- Efectivamente, apoyo al demonio, me gustaría más un cuento con más fuerza y menos sutileza respecto al marido. Un malo malo, que trate mal al perro.
- Si el tipo es malvado, eliminaría el martillo, ya sabemos que es cruel y por tanto el hallazgo del perro no hace más que confirmar nuestro malvado es un asesino.
- Si el autor prefiriese dejar el texto más neutro, y no mostrar nada de malvad en el hombre, también quitaría el martillo, quizás me gustase más si el perro tras escarbar, le ladrase o se encarase al hombre y con eso y el título es suficiente.
- El final de que la echaba de menos me gustaba, pero la verdad, leo al diablo y le doy la razón, me ha convencido, el cuento se autoexplica en la última línea y se pone sentimental. Me gusta más mi idea de que el perro tome protagonismo y se enfrente al malo.
Bueno, un lujo ser Dios. Felicidades al autor@ es un cuento sutil e inteligente, unos puliditos y quedará genial.
Recuerdo perfectamente el relato. Creo que eso ya significa algo. Tras leerlo con más detenimiento, estoy de acuerdo con la conclusión del Dios y creo que ganaría con algún pequeño cambio en la redacción y en la información que se nos oculta o se nos da.
Yo también he pillado el relato al vuelo y lo he buscado para recordar mi comentario: “Me ha encantado”. Sigo teniendo la misma opinión, pero enriquecida con los comentarios del trío celestial. Me quedo con Dios.
Tal vez el problema de este buen micro sea el tema que trata. Si bien el título confunde un poco, en cuanto lees la primera frase y la unes con él, ya sabes, o al menos esa es la impresión que yo he tenido, lo que va a pasar. Pero más por asociación de ideas que por las pistas que el autor nos va dejando más tarde, para mí insuficientes. La frase final, sin embargo, me encanta. Refleja esa distancia del sicópata, la forma en como refleja los sentimientos del perro, unos sentimientos que a él, por su falta de empatía, le están vedados. Hemos escrito tanto, y seguiremos escribiendo, sobre sicópatas, sobre violencia de género, que hay que hacerlo exageradamente bien para conseguir sorprender.
Yo también recordé de inmediato haber leído este relato con esa última frase que me había gustado mucho. Después del estupendo análisis vuelvo sobre el asunto del martillo… lo consideré desde la primera lectura como el arma homicida que el hombre no parece querer volver a utilizar para deshacerse del perro que le molesta…¿y por qué no?…El hombre no sabe nada de empatía sin embargo sigue con el perro. Me gusta el misterio que encierra este texto.
Creo que me toca ya hacer los comentarios a mi propio cuento. Ante todo, muchas gracias a Dios, a los ángeles,a los demonios y a Jesús,a Edita, a Juancho y a Vernay Juillet por su interés y amabilidad al pasarse a comentar.
En principio diré que creo conseguí el tono desapasionado que buscaba para llegar a un final que sorprendiera y que el único sentimiento de pérdida fuera patrimonio de un animal.
Respecto al famoso martillo, al principio no lo incluía en la primera versión del relato, solo hablaba de una mesa de bricolaje. Pero entonces lo presenté a un taller de micros que estaba haciendo y fue el profesor y algún participante los que me sugirieron poner algún objeto (martillo, pala…) para dar pistas de lo que había pasado. Ya sabemos que hay opiniones para todos los gustos y quizás debería haber seguido mi propio criterio.
La frase final no corresponde al asesino sino al narrador y tampoco me parece sentimental, simplemente aclara y da un contrapunto a la redacción objetiva. Como apunta Juancho, refleja esa distancia del sicópata.
En lo que no coincido en absoluto con los comentarios es que el perro muerda al asesino. El perro tiene buen olfato y quiere a su ama, pero no es un policía del CSI. Hasta ahí no llegan sus dotes investigadoras.
También creo que el cuento puede ser leído, como intuye Vernay, desde un punto de vista simbólico. El perro sería una metáfora de la mala conciencia del asesino. Exige su atención, le incordia, vuelve al lugar en donde enterró a la víctima, le recuerda lo que hizo y sin embargo, convive con él. Entonces ¿quién echaría de menos a la muerta?