68 Mientras espero que llegue el amanecer
La primera vez que nos besamos llovía. Veníamos de un entierro y la farola de nuestra calle se había fundido. La oscuridad y el dolor siempre han atraído a los besos.
Luego nos incendiamos, nos fundimos y quedamos tan amalgamados que nos creímos inseparables.
Por eso, el divorcio produjo daños irreparables y quedaron en nuestros cuerpos oquedades con la forma del otro.
Fue una intervención larga; duró varios años. Durante ese tiempo, la lampara del quirófano hizo sudar litros a docenas de cirujanos de quince nacionalidades diferentes.
-Lo importante era conservar ambas vidas -dijo uno de ellos, un cardiólogo francés-, aunque hayáis perdido ciertos tejidos y funciones.
Por eso, desde entonces, tiemblo cuando veo amanecer. Y lloro en el cine, incluso con las comedias. La luz de las farolas proyecta mi sombra troquelada, huidiza, y la luna llena me produce unas jaquecas insoportables.
Suelo evitarlos, aunque, a veces, cuando la añoro demasiado y tengo ganas de llorar, voy al cine, a sentir la sacudida de la pantalla en mis ojos. Intento que haya luna llena y que mi cabeza estalle y termino pasando la noche en la playa, buscando aterirme de frío, morir temblando, mientras espero que llegue el amanecer.
Dicen que no hay nada que el tiempo no cure ni cuerpo que lo resista, pero los refranes, por mucha sabiduría que encierren, no son una ciencia exacta, aplicable a cada caso. Cierto que la vida siempre sigue, pero a veces deja huecos irreparables que no se pueden llenar con nada, que generan a su vez tristeza, frustración y melancolía crónicas. No existe medicina que cure eso, ni siquiera la cirugía más puntera.
Tu protagonista conoció un fuego de incendio y pasión en plena noche, incluso después de un entierro. La oscuridad para este personaje es sinónimo de las mejores vivencias, de los sentimientos más intensos que nunca se repetirán, de ahí que las tinieblas le entristezcan, pero la luz del día tampoco es solución.
Un relato con el dolor de una separación de por medio y un levantar cabeza que parece imposible.
Un abrazo, Salva. Suerte
Querido Ángel, si hay dos cosas seguras son que tú aportarás a nuestros relatos un comentario rico y con fundamento y que el amor no sabe de leyes, de normas o de refranes.
El amor, que,de por sí, debiera ser un sentimiento facil de comprender y de explicar, desde el origen de la humanidad nos ha abocado a las más profundas contradicciones, incoherencias y temeridades.
El amor ha generado hijos y muertes y, por supuesto, ha dejado los más dolorosos huecos del mundo.
Gracias, amigo!
Abrazo enorme
Qué manera tan bonita de explicarnos una historia de amor triste, y con toques mágicos, de esos en los que te imaginas a un ser diferente a todos los demás. Mucho suerte con él amigo, besicos.
Muchas gracias, guapa! Yo siempre pienso que debemos hablar sobre cosas nuevas de forma tradicional o de cosas tradicionales de forma novedosa, porque la visión que aportamos como escritores o nuestra forma de contar es todo lo que podemos ofrecer a nuestros lectores.
Gracias de corazón x tu comentario. Loviu. Muack