14. Mimi, mi muñeca perfecta.
Volvíamos del aeropuerto, recogíamos a papá que regresaba de Japón.
Mi madre se adelantó para abrir la casa, yo me giré para ir al coche en busca de mi muñeca, siempre iba con ella a todos lados. No recuerdo nada más, sólo un estruendo y un dolor inmenso en la pierna. Desperté en una habitación de hospital con mi padre llorando a mi lado y un dolor en la pierna que ya no estaba.
De repente mi vida de niña cambió, tuve que asimilar mi prótesis, la falta de mi madre, el dolor de un padre muchas veces ausente y la carita de Mimi, que había perdido un ojo aquel fatídico día. No voy a decir que haya sido fácil, pero han pasado ya veinte años.
Hoy le he dicho a mi padre que vamos a cenar a un restaurante japonés que han inaugurado cerca de casa.
“¿Qué es soba, udon, ramen..?” No entendía de la carta más allá del sushi, mi cara era un poema ante esos platos de arcilla con los bordes irregulares, el restaurante no era precisamente barato…. Y entonces él, sonriendo, me explicó qué era el wabi sabi y juntos entendimos nuestras vidas.
El ser humano destaca por su afán de superación ante adversidades y retos, pero también por saber adaptarse. En el momento en que aceptamos que no somos ni seremos completos la vida se suaviza y se vuelve más amable.
Un relato que muestra que una muñeca puese ser perfecta aunque la falte un ojo, o precisamente por esa carencia, que hace que sea más cercana, cálida y, sobre todo, única.
Un abrazo y suerte, Ana
Tienes toda la razón, ser único y diferente puede ser maravilloso, teniendo en cuenta que solo tienes que ver a tu alrededor para darte cuenta que la belleza está siempre en los ojos del que mira 😊
Tierno y duro por las circunstancias vividas por los personajes.
Sobreponerse a ellas nos ayuda a seguir viviendo, sin olvidar el pasado pero mirando adelante. No hay nada mejor que un restaurante japonés! Un final muy acertado.
La vida consiste en vivir a pesar de las circunstancias o gracias a ellas, así que siempre adelante! Gracias 😊
Es muy duro tu micro, Ana, pero la imperfección es bella también, como esa muñeca tuerta y esa familia incompleta. Has reflejado muy bien el wabi sabi. Enhorabuena.
Un abrazo y suerte.
Si, es duro, pero como bien sabemos la realidad siempre supera a la ficción, solo hay que ver las noticias y efectivamente ver la sonrisa de un niño entre las bombas es belleza 😊
Interesante relato de superación. El recurso del wabi sabi cierra muy bien la historia. (Aunque confieso que tuve que recurrir al google…). Bello y poético canto a lo imperfecto. Un abrazo y suerte, Ana.
Gracias por tu comentario y estoy contigo, en la vida hay innumerables momentos en los que lo único te sirve para seguir es la aceptación, la superación y mirar alrededor.
Un abrazo 😊
Un micro con una historia dura en la que asistimos a la superación de traumas de los personajes. Mucha suerte
Gracias Jesús por leerme, sólo una mirada alrededor y descubres historias de superación dignas de admiración.
Un saludo