102. Miradas
Gesticula frente al teléfono, como si fuese una gran actriz o una famosa instagramer, de esas que ganan 1.000€ por ponerse una camiseta de tirantes y un bolso de rafia. A su padre no le gusta que suba fotos. Piensa que, aunque todas sus amigas lo hagan y no haya nada malo en ello, el mundo está lleno de depravados. A veces la sermonea, pero nunca se lo ha prohibido y ella sigue colgándolas. Saca la lengua. Junta los labios, como si fuese a dar un beso. Abandona la mirada en el gotelé que lleva pegado a la pared más años de los que ella tiene. Gira la cara con sonrisa seductora. Guiña un ojo. Camina con aires de modelo por la pasarela de la adolescencia, a 200 megas por segundo, sin saber que en cualquier momento podría tropezar con su padre. Esa misma noche se irá a la cama enfadada, incapaz de entender que le requisen el móvil solo porque hay mucho depravado suelto.