Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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MIRADAS Y FRONTERAS

beso

Entre los recursos habituales que se utilizan en los microrrelatos para crear ese conflicto que necesita la narración está el colocar al protagonista ante un dilema interno o externo, ante una dificultad que debe resolver para lograr sus objetivos, o ante una nueva situación que desconoce o no sabe cómo afrontarla. Se trata de situar al protagonista en la frontera de ambos mundos, el viejo y el nuevo, a partir de la cual la acción pueda alcanzar su clímax, que en el microrrelato, muchas veces, coincide con ese final sorprendente que tanto buscamos. Y fronteras hay todas las que el escritor sea capaz de imaginar, aunque casi siempre acabemos recurriendo a las más clásicas del matrimonio, la muerte, los malos tratos, la infidelidad, la locura, los celos, la envidia… En Beso ajeno, de Miguelángel Flores, la frontera la pone en la adolescencia, pero en este caso consigue tensar un poco la cuerda y colocarla justo al inicio del despertar sexual del protagonista, casi cuando todavía no la ha iniciado ni podemos considerarlo pre-adolescente. En ese salirse de los tópicos ya tenemos un primer acierto.

(Un inciso aquí sobre el género del protagonista. Lo he leído un montón de veces y lo sigo viendo como un niño —volveré sobre ello—, aunque tal cual está escrito parece que se trata más bien de una niña: «Y no lo di yo. Fue una chica…»)

Otro acierto es haber construido el microrrelato a partir de las miradas: la del niño a la pareja, la de la madre al niño y la de ambos a los postes de luz, antes de que él se quede dormido (y de donde deducimos más o menos su corta edad). A través de esas miradas, la madre quizás quiera apartarlo de la visión de la pareja por educación, pero prefiero verlo como el personaje con más ternura del relato, esa madre que quiere conservar la inocencia de su hijo, al que consigue distraer y engañar para que siga siendo su niño todavía durante un tiempo más, antes de que inevitablemente empiece a hacerse adulto.

Me gusta también el escenario elegido. Siempre se ha dicho que los trenes son un elemento muy cinematográfico, por estar en continuo desplazamiento, que se asocia a la misma imagen en movimiento. Pues en literatura también: en este relato se consigue que veamos cómo se mueve el tren, con ese genial recurso de contar los postes que ven pasar madre e hijo. Y una cosa más que me gustaría destacar: qué bien está contada la curiosidad infantil, con esa exhaustiva descripción de la chica frente a la única palabra banal con la que le despacha a él. Ahí es donde identifico al niño, porque yo siempre me hubiera fijado en cómo es la chica, pero quizá sea un prejuicio mío. Quizá vosotros (o vosotras) lo veáis de otra modo.

 

Concurso: WONDERLAND – Ganador semanal.

(100 palabras justas, excluido título – periodicidad semanal)

 

BESO AJENO, de MIGUELÁNGEL FLORES

Mi primer beso en la boca fue en un tren que nos llevaba muy lejos. Y no lo di yo. Fue una chica con pelo larguísimo, pantalón acampanado, poncho de dos colores y una risa como de artista. Él, era normal.

Mi madre me chistaba para que dejara de mirarla, pero no podía parar de hacerlo mucho rato seguido. Al final me pidió que le ayudara a contar los postes de luz que veíamos pasar, como si eso fuera importantísimo para ella. Yo le avisé de que sólo sabía contar hasta cincuenta. Ya, me dijo. Pero me dormí mucho antes.

 

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16 Responses

    1. Rafa Heredero

      Hola, Paz, y gracias por tus palabras. Estoy de acuerdo conntigo: este texto de Miguelángel es magnífico.
      Un abrazo.

  1. La voz de Miguelángel es única, suena siempre tan natural, original y cercana que es capaz de hacer un gran micro de cualquier cosa que se le ocurra a esa imaginación desbocada que tiene. Y tooodo lo que ha dicho Rafa pues eso, no puedo añadir nada más.

    1. Rafa Heredero

      Has descrito muy bien esa personal voz a la que también nos tiene acostumbrados Miguelángel, Susana. Un abrazo y gracias por la visita.

  2. Uah, qué ilusión me hace estar aquí, Rafa!!! De verdad, no sabes cuánta!! Me lo avisó Paz Monserrat y vine corriendo.
    Y pedazo análisis que has hecho de mi texto. Mira, para mí, tal y cómo lo imagino, en realidad es un niño, pero perfectamente podría ser una niña. De hecho tiendo a no poner el genero en los relatos, siempre que puedo evitarlo.
    Lo que sí es cierto, es el primer beso del que él es testigo y, por supuesto, le marca, o le supera más bien. Y lo recordará siempre como su primer beso, aunque no lo diera él.
    Muchas gracias, Rafa, de nuevo. Y a ti, Paz, por el aviso.

    Abrazos a raudales

    1. Rafa Heredero

      Pues muchas gracias, Miguelángel. Estoy encantado de que te guste cómo lo he comentado. Tu relato se disfruta cada vez que se lee. Y gracias por explicarnos también tus intenciones al escribirlo. Siempre es bueno seguir aprendiendo de vuestra forma de escribir.
      Un abrazo.

  3. Cuánto aprendemos con tus análisis,Rafa. Tienes una mirada cinematográfica y no dejas cabo suelto. Desde luego el texto de Miguelángel es brillante.
    Menuda ilustración para esta entrada. Uno de los besos más famosos, «le baiser de l’hôtel de ville». Seguro que sabes que en realidad la foto es un posado, no fue tomada al azar. Sin embargo la pareja eran novios de verdad.
    Del beso, decía Maupassant «el beso es la mejor manera de callarse diciéndolo todo».
    Me alegro de haberte conocido en persona.
    Un abrazo.

    1. Rafa Heredero

      Hola, Amélie. A mí también me hizo una ilusión enorme conocerte en persona. Me hubiera gustado charlar un poco más contigo y con todos los demás, pero el día en Santander se me hizo muy corto, pasó volando y encima me tuve que marchar pronto. Supongo que habrá más ocasiones para vernos.
      En cuanto a la ilustración la elegí porque sabía que no iba a encontrar la foto de una chica con pantalón acampanado y poncho de dos colores dándose un beso en tren… Y porque fue en la primera que pensé al leer el relato de Miguelángel. Ese póster de la famosa foto de Robert Doisneau estuvo durante años en el habitación de mi hermana mayor, y no sé si fue mi primer beso ajeno, pero sí el que más recuerdo. Sí que sabía que estaban posando, pero no que fueran novios de verdad. Siempre aprendemos cosas nuevas, como la maravillosa frase que nos regalas de Maupassant.
      Un abrazo.

  4. Rafa Heredero

    Yo creo que se puede dejar perfectamente en tablas. Lo ha expresado muy bien, Ana. Que cada cual se imagine lo que más le guste al leerlo o como mejor lo sienta. A mí también me parece un relato buenísimo.
    Gracias por tu comentario y un abrazo.

  5. Da gusto venir y ver las opiniones. Cuando me levante un día de esos nublado, el día o yo, me vengo aquí a que me salga el sol en la cara.
    Gracias de nuevo, Rafa, y a todos por vuestras palabras.

    Un abrazo grande.

  6. Paloma Casado Marco

    Un micro precioso y sugerente y, como siempre, unos comentarios muy acertados y sabios. Voy a dar mi opinión sobre el género de la protagonista. Para mí es una niña porque se identifica con la chica del poncho, tanto, que siente como suyo el beso de ella. Yo viví en mi adolescencia una anécdota similar y también en un tren. En aquella época franquista, la joven que se sentó frente a mí era extranjera y viajaba sola con su novio. Era alta y guapa y llevaba un mechón teñido de naranja. Para mí fue como un soplo de aire fresco que ventiló aquel vagón de tercera.

    1. Rafa Heredero

      Gracias por tu visita, Paloma. Es curioso, porque mi hermana también se ha imaginado esta escena durante la época franquista, sobre los años setenta, por cómo viste la chica. Tu anécdota viene a completar el relato. Cuánto de ese aire fresco que nos cuentas nos trajo el turismo en aquellos años.
      Un abrazo.

  7. Estuve reflexionando sobre qué me gustaba más, el relato o el comentario de texto. Y he llegado a la conclusión de que los dos hacen un todo perfecto; que el relato crece con el comentario, el cual existe gracias al fabuloso relato inspirador. Aplausos para los dos.

    1. Rafa Heredero

      Muchas gracias por tus palabras, Edita. Me hace una ilusión enorme que te parezca así y que lo hayas disfrutado. Yo le doy los aplausos a Miguelángel, pero cuando amanezca nublado, también me acercaré por aquí, como él.
      Un abrazo.

  8. Tanto el micro como el análisis desprenden quilates de calidad. He disfrutado con ambos. Ya había leído y escuchado el micro que me da ganas hasta de subirme a un tren y esperar a que alguien se bese. Gracias a los dos por vuestro arte.

    1. Rafa Heredero

      Hola, Lorenzo. Me alegra que te haya gustado el comentario. Muchas gracias por tus palabras. Y si me esperas, me subo yo también a ese tren y esperamos los dos a ver si vemos un beso como el que nos cuenta Miguelángel.
      Un abrazo.

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