8. MITTELBAU-DORA (Paloma Casado)
Entre las brumas de la semiinconsciencia, Martin evocó el rostro de su madre. Le pareció escuchar de sus labios la frase que repetía cuando era niño: “Tú no te acobardas ni aunque te apunten con noventa y dos cañones”
Dos kapos le arrastraban sujetándolo por las axilas hacia la horca, dejando sobre el pavimento un reguero de manchas rojas. Tenía las piernas rotas, los ojos ocultos bajo los párpados amoratados y la boca como un hormiguero sanguinolento.
Meses atrás, él y otros prisioneros se habían propuesto sabotear las bombas que fabricaban para el enemigo, colocando mal sus piezas u orinando en los giróscopos. Era la única forma de resistencia que podían permitirse dentro del campo de trabajo, la única manera de colaborar con los soldados que luchaban en el frente.
Anegado por el dolor, sintió como una liberación el tacto áspero de la soga rodeando su cuello y en los últimos estertores, su mente voló lejos, hasta el camino de tilos que conducía a su casa.
Pufff escalofriante relato Paloma… que bien escrito y que duro tener que morir para poder ser libre… Felicidades por tus relatos, muchas veces por falta de tiempo no los comento pero leo los más que puedo… Me encanta como escribes y ya me gustaría llegar a escribir como tu lo haces… Muchísima suerte…
Un beso…
Terrorífico relato , Paloma, he revisado la historia de ese campo de concentración, de la fabricación de las V-1 y las V-2 y te quedas corta.
Así como de la implicación de tantas empresas alemanas que hoy día nos calienta el agua o nos transporta.
Asimismo de los SS jefes del campo que fueron absueltos, fugados o con poca cárcel.
Que no tengamos que sufrir algo parecido.
Un beso y una lágrima que se me ha escapado por tanta crueldad.
Es comprensible tratar de sobrevivir adaptándose a las circunstancias, pero nada más humano que la resistencia hacia lo injusto y la lucha convencida, aunque las consecuencias puedan ser nefastas. Cuántas historias anónimas como ésta tienen que haber pasado, cuántas más quedarán por venir.
Un abrazo y suerte
¡Demasiado!
Gracias por vuestros comentarios. Quería recordar con mi pequeño cuento a las víctimas del horror, sobre todo a esos héroes que se atrevieron a sabotear al enemigo y pagaron con torturas y la muerte.
Paloma, escalofriante y duro relato. Qué bien has descrito la historia terminandola con esa imagen de los tilos.
Un abrazo
Qué maravilla de relato, he podido ver las imágenes y notar las sensaciones que tan bien has descrito. Felicidades, eres una maestra de las letras y me quito el sombrero. Besos.
Hola, Paloma.
Un homenaje a los que viveron un inmenso horror.
Los pelos como escarpias… no te digo más.
Un besazo.
Hola Paloma,
Pásate por Melotemía te espera una sorpresa.
Un beso.
Paloma, has cerrado con acierto el circulo de esa vida, desde su infancia hasta el retorno, emocional, al hogar. Suerte y sludos
Duro durísmo Paloma, pero tan bien narrado que se relee con gusto una y otra vez. ¡Qué valor el de tu prota!
Un tema escabroso, bien escrito y final reconfortante con olor a tilos.
A pesar de su crudeza, es un gusto leerlo. Una historia a modo de homenaje para aquellos valientes que quisieron ayudar desde un lugar diferente a estar en el frente.
Un final que dulcifica un poco tan horrible muerte, ese vuelo hacia su hogar.
un beso paloma.
Me quedo con esta sensación que transmites tan bien: «el tacto áspero de la soga rodeando su cuello» y ese final de vuelta a casa. Abrazos, Paloma.
Consigues que el relato y lo que te da para pensar después te deje un escalofrío por la espalda. Duro, descriptivo y ajustado a lo que pudo ser. Mucha suerte 🙂