Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Los participantes con los alias: ELVIS Y RATONCITO PEREZ

Rinden homenaje al Mago de Oz y al Príncipe feliz

Tendrán de plazo hasta las 23:59 horas de España peninsular del sábado 2 de Octubre del 2021 para escribir un microrrelato que cumpla con las siguientes bases:

 

  • *Debes elegir 4 palabras, 2 de cada bloque (en vertical) de cuentos clásicos. Te proponemos 3 palabras relacionadas con 2 cuentos, tu seleccionas 2 de cada cuento. Se admiten variantes de género, singular/plural, diminutivos… Si escoges un verbo puedes conjugarlo.
  • *Relato : 123 palabras MÁXIMO (título no incluido) y debe aparecer 3 de las 4 palabras antes escogidas. 
  • *Título : de la extensión que quieras, pero debe contener la 4º palabra.

 

Mago de Oz Príncipe feliz
Baldosa Estatua
Tornado Frío
Cerebro Gorrión

 

 

Envía tu relato AQUI Recuerda que una vez enviado ya no se podrá editar el relato. Por favor, escribe las 4 palabras en mayúsculas. 

Votación del encuentro (se activará cuando se hayan presentado los 3 relatos). Recordamos que solo se permite el voto a participantes del concurso y del blog. Uno no se puede votar a sí mismo.

3 Responses

  1. Mel

    FRÍO en el alma de Elvis

    A veces alojamos a un ser extraño dentro de nosotros sin saberlo. Puede estar latente, creciendo poco a poco, esperando su momento para tomar el mando, salir disparado sin control y actuar por su cuenta. Una especie de monstruo al que no podemos dominar.
    El mío apareció una mañana de invierno. Nevaba de modo irritante sobre las aceras. Tenía los pies helados, las manos ateridas de despejar la entrada. No es disculpa. De pronto se posó aquel GORRIÓN hambriento sobre el montículo de nieve y empezó a piar. Me taladraba el CEREBRO. Esa fue la señal. Mi monstruo empuñó la pala y lo estampó contra las BALDOSAS. Quedé perplejo. Lloré por el pajarillo.
    Desde entonces vivo espiándole, con miedo a ser yo.

  2. Mel

    Coyunturas de hacer la ESTATUA de RATONCITO PÉREZ

    Cuando la velocidad de su mundo se le hizo insoportable, decidió parar. Así, cada día va al parque, se disfraza y permanece inmóvil durante horas, ajeno al FRÍO y al calor, a la pequeña molestia causada por los GORRIONES que picotean sus orejas. Desde la seguridad que le proporciona el pequeño podio en el que se alza, observa la indiferencia que muestra la gente al pasar, cansada ya de verle con ese disfraz de marinero sorprendido por un TORNADO que brota de uno de sus bolsillos. Por eso, se alegró tanto cuando unos empleados municipales le montaron en un camión para ponerle en lo alto de un pedestal de una recién inaugurada plazoleta.

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