11 Modelo a seguir
Soñaba con ser santo. Y aunque las hagiografías le habían enseñado que alcanzar el cielo era un camino arduo y sacrificado, vencía el ansía de ser inmortalizado en celebradas obras de arte, donde los fieles, en especial ellas, pudieran dedicarle ofrendas y rezos. Le enfurecía sobremanera no ser capaz de obrar milagro alguno. Y convencido de que la palma del martirio suponía un atajo a las alturas, obvió aquello de repartir todos sus bienes entre los pobres, el ayuno y la atención a los necesitados. Como la intención es lo que cuenta, no terminó sus días lapidado, desollado o despeñado, sino en la comodidad de su lecho. Ya en el infierno, se felicitaron por tener con ellos todo un ejemplo de la personificación de los siete pecados capitales.
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Curioso, complejo e interesante personaje. Busca la gloria terrena, poco menos que ser adorado por sus virtudes, pero todo tiene un precio, que él no está dispuesto a pagar. Destacar en ese sentido sobre el común de los morales requiere mucho sacrificio y generosidad. Piensa demasiado en sí mismo para ocuparse de los demás, algo que podría haberle abierto el camino a la santidad. Al final ha obtenido lo que buscaba, convertirse en un modelo, pero de egocentrismo y narcisismo. No figurará en el santoral, aunque sí en un inventario de condenados al averno, con méritos para convertirse en diablo. Al menos murió en su cama, tranquilo.
Un abrazo y suerte, Raúl
Exige un esfuerzo subir que nuestro aspirante a Santo no estaba dispuesto a realizar. Mucho más cómodo es bajar. También más peligroso. Y como bien dices, se convirtió en modelo pero de envidia, soberbia, lujuria, ira, avaricia, gula y pereza.
Muchas gracias Ángel.