93. MÓNICA
Ella era especial, toda ternura. ¿Se la imaginan? con esos ojitos achinados, su carita sonriente, su naricita pequeña, sus orejas de soplillo y esas manos regordetas de dedos cortos, que tanto me gusta acariciar.
Una gran parte de mi vida, ha estado esperando que me dieran un hijo en adopción (no me llegaba). Reclamación tras reclamación. por fin me llamaron, ofreciéndome un niño de esos, de los que casi no se adoptan «nadie los reclama». Mónica, era especial. Llevaba cuatro años viajando de orfanato en orfanato, no la acogía ninguna familia, era mucha la responsabilidad y poca la recompensa. Cuando por primera vez la vi, sentí ver el cielo en su mirada.
Cada mañana la llevo al colegio, adonde van esos niños, que son todo inocencia.Ella ha cambiado mi vida. Nos hemos vestido, para ir al circo, quiero que disfrute con la actuación de los payasos, también hay un mago, el clásico mago que saca un conejo de una chistera. Todos le aplauden, pero para mí, eso no es magia. Mágica es Mónica, mi hija.
Juana Isabel, tierna historia de amor filial e incondicional. Suerte y Feliz Navidad¡¡¡¡
Conozco un caso parecido y más que magia, es magia potagia!!!
Qué hermoso y que ternura derrama tu relato. Es enternecedor y precioso. Suerte.
Besicos muchos.
Cuando la magia se confunde con la realidad, es más que magia.
Mágico relato, mágica Mónica y mágicas las personas que la acogen y aman.
¡FELIZ AÑO 2018, con un montón de Amor!