134. Motín a bordo (Barlon/Fuente)
Las pisadas atruenan el corredor. Las balizas de emergencia consiguen ponerlos a todos aún más nerviosos. Un haz de protones brilla y derriba al contramaestre. «Por Ben y el nieto que nos va a dar». Un giro a la derecha, una puerta. No abre. No abre. ¡¡Al fin!! Giro a la izquierda. «Por James que está a punto de licenciarse». El suboficial Hotchinss resbala y causa baja. Solo. Al fondo el ascensor, la única oportunidad de tomar la lanzadera. Se gira de golpe y realiza tres disparos. Sigue corriendo. Un golpe sónico lo derriba contra un mamparo. Las costillas arden. Se levanta trastabillando. «Tengo que conseguirlo por Helen. Prometí volver». No oye nada. Intenta huir pero siete hombres lo rodean con rapidez.
Desde la bodega de carga el universo parece un gran lodazal sobre el que cayese una enorme granizada. Se ve más silencioso que nunca. Lo suben y arrojan a una barcaza sin propulsor con raciones para dos días. Lo abandonan a la deriva.
37 horas después los restos del Capitán Carter se desintegran formando una aurora boreal en un planeta cualquiera del sistema Galeón.
Un cuaderno de bitácora deambula por el cosmos. Su última entrada: Te quiero, Helen.
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Ahí va uno de aventurillas sin pretensión alguna. Que no se diga que no he participau.
Me gusta cómo has redondeado ese final con el cuaderno de bitácora deambulando por el cosmos. ¡Mucha suerte!
Huy, querida, suerte voy a necesitar muuuucha. Y gracias por pasarte y comentar en esta tu casa.
Barlon, bonita semblanza de recuerdos y precioso final. Suerte y saludos
Esto…gracias, pero no se yo si son recuerdos. Para mi es acción en tiempo real. He intentado hacer una parte final más poética. Muchísimas gracias por pasarte y comentar.
Besismos.
Un final, el del capitán Carter, que yo encuentro hermoso. Fíjate si tú o yo nos convirtiéramos en auroras boreales… ¡Qué gozada!, eso sí, cuando fuéramos muy viejos y para eso falta aún mucho tiempo.
Me gusta la frase de cierre porque es a Helen a quíen dedica su último pensamiento.
No te hagas el humilde porque es un micro precioso.
Un abrazo grandísimo, que lo sepas.
Hombre, la frase final es un añadido de última hora, pero nunca lo ví como un relato con aspiraciones. Soy autocrítico e intento ser honesto. Máxime cuando es un texto de aventuras y se asocia a un género menor. Muchísimas gracias por pasarte y comentar.
Besismos.
Aunque desconocemos las razones que han motivado el motín, nos solidarizamos con este capitán que lucha por su vida, que tiene presente a su familia en un intento desesperado de eludir lo que parece inevitable. Podría haber ocurrido en el mar, pero ha tenido lugar en un escenario todavía más inmenso e implacable. Un relato intenso, con un final que, sin dejar de ser triste, se suaviza con ese toque de ternura.
Un abrazo, artista. Y suerte, ¿por qué no?
Siempre eres indulgente conmigo. Son cosas que pasan en las aventuras espaciales. Si hubiese sido labrador en Ganímenes no le hubiesen arrobado el barco y hecho cosas malas. Gracias mil por comentar.
Muchismos abrazos.