Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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6. MUERTE DE UN VIAJANTE – EPI

Paseando por las calles estrechas y empedradas de Guadalupe, delante nuestro y a pocos metros, cayó una cría de gorrión.
Aleteaba espasmódicamente, dando saltitos para echarse a volar, nos quedamos petrificados viendo lo imposible que parecía y sin saber cómo actuar.
Cayeron del tejado una pareja de gorriones y mientras uno se mantenía expectante a unos metros, la hembra se acercaba y piando y poniéndose a su lado se echaba a saltar y elevarse unos centímetros, la cría seguía sus movimientos pero resultaban infructuosos.
Se agotaba, pero la madre volvía una y otra vez, piando desesperada. Decidimos continuar por si nuestra presencia les afectaba y antes de doblar la esquina eché una última mirada.
Un perro, unos ladridos, un revoloteo, corrí horrorizado pues imaginé el final, el gorrión exangüe entre las fauces.
La pareja, juntos, mirando la muerte de la cría en silencio desde un balconcillo próximo.
Igual que un perro lebrel de Santander ha hecho con un gorrión Popular.

17 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    Jopé, Epi. Parece que en tu relato nos muestras una escena un tanto cruel, pero «natural», vivida por ti o por otros y, además, bastante apegada a la actualidad. Por si fuera poco, la rocías de unas gotitas irónicas que le va pero que muy bien. Suerte y un saludo.

  2. Ángel Saiz Mora

    Un gorrión es un viajero a quien la naturaleza ha dotado de alas para buscar sustento en un peregrinaje constante. Esos mismas apéndices con plumas pueden ser su perdición si cae del nido antes de tiempo. He tenido la suerte de vivir en zonas con abundante zona verde y he sido testigo de casos como ése; un pajarillo que no vuela mal remedio tiene.
    Tengo que decir que me has sorprendido, Epi. Esperaba encontrar una vez más esa temática que te caracteriza, pero en su lugar me he topado con un relato lleno de sensibilidad.
    Un abrazo y suerte

  3. Paloma Casado

    Vaya cambio de registro. Es la primera vez que te leo algo no sexual.
    Has descrito muy bien ese viaje frustrado del pajarillo que cae del nido y toda la angustia y el funesto desenlace.
    Lo que no me gusta es la frase final. No sé si hace referencia a las peleas internas del p.p. cántabro o a algo que no conozco pero quedo que queda más redondo el cuento sin ella.

    1. Paloma, me venía la historia muy bien para retratar mi cabreo, soy un accionista del Popular afectado con la pérdida de mis ahorros por la compra de la Botina, ja ja.. Me encanta Santander y recuerdo con nostalgia La Belle Epoque en mis años de juventud.
      Un beso

      1. Paloma Casado

        Lo siento Epi, no sabía nada de lo de tus acciones y pensé que te referías a las desavenencias internas que tienen los del P.P. en Cantabria (el nuevo ministro de Fomento y el antiguo presidente). Me parecía raro que hicieras mención en tu cuento y ya veo que lo entendí mal.

  4. Salvador Esteve

    Una escena que refleja el instinto protector de los padres, pero también la tragedia del circulo vital, «el fuerte se come al débil». Respecto al tema bancario, no acabo de comprender cómo los pequeños accionistas lo pierden todo y todas las instancias aplauden la maniobra financiara. Suerte para el relato y ánimo respecto a lo otro. Abrazos, Epi.

  5. Martín Zurita

    Hola, Epi.
    A mí también me sorprende tu cambio de registro, y la verdad es que no me has defraudado. Con el título del Sr. Miller, don Arthur, despliegas luego, de maravilla, las dos muertes de los dos viajantes en el gran teatro de la vida, como le sucede al vendedor del literato aludido, que muere durante la representación. Me gusta mucho que hayas utilizado al gorrión y no al pez (el pez gordo…), muy manido. Un paseo agradable en contraposición a lo que sigue y desenvuelves a la perfección y, hasta para traernos el teatro, esa pareja contemplando la tragedia. De lo placentero a la tragedia. Qué bien literariamente. Y qué pésima la realidad. Y esa pareja (todos) no haciendo nada, impasibles. Hipocresía. Cobardía también. Igual molestan si proceden. Y la impotencia de la madre. Pues sí, somos gorrioncillos para las fauces de los lebreles en esta penoso patio de butacas. Denuncias, qué bien. Mejores actores, que el público no falla tanto pero patalea de disgusto.
    Enhorabuena y felices vacaciones, con todo y con eso; a ver si escampa esta lluvia de dentelladas. Y un abrazote.

  6. Hola, Epi.
    Pues me ha encantado la forma simbólica en la que has contado lo dramático que está pasando «Igual que un perro lebrel de Santander ha hecho con un gorrión Popular».
    Ojalá que todo vaya bien.
    Besos, bonito.

  7. María José

    Hola, Alejandro. Lo primero, desearte lo mejor en cuanto a tu tema personal. Y sobre el relato, diferente al anterior ( evidente, ja, ja, ja…) y muy tierno. A mí los gorrioncillos me encantan. En ocasiones, se posa alguno en el poyo de la ventana y se me cae la baba. Me ha gustado mucho. Un abrazo!

  8. Todos hemos visto esa escena alguna vez u la verdad, es que encoge elalma. LO has reflejado muy bien, y para colmo ese final que yo tampoco podía imaginar y que lo aclaras en los comentarios. Lo siento, los poderosos nos van aniquilando.
    Suerte
    Besicos muchos.

  9. Blanca Oteiza

    Epi, la vida es así de cruel, el instinto de supervivencia (yo por eso no puedo ver los reportajes de la 2 de animales), me da mucha pena que el animal grande se coma al chico.
    Se me ha hecho extraño no encontrar «sexo» en el relato.
    Besos

  10. Nos has retratado una escena cruel y real como la vida misma. La madre naturaleza, como decía Emilia Pardo Bazán en muchas ocasiones merece el nombre de madrastra, en el sentido de insensible. La rueda funciona así: o ruedas o te pisan.

    Me queda en la retina, como supongo que te pasó a ti, no solo la impotencia y la lucha estéril del pequeño gorrión, sino la impotencia y el dolor de los padres asistiendo a su duelo.

    Un saludo, Epi.

  11. María Posadillo

    La vida es cruel a veces y hace caer a los más débiles. En todas partes la cadena alimenticia manda y los animales grandes se comen a los pequeños, y más si arrastran hambre. También creo que en ocasiones ocurre un milagro y algunos gorriones desvalidos consiguen escapar y alzar el vuelo, aunque vista tu denuncia no es el caso. Tu historia tiene un final que da un giro inesperado al cuento, pero después de plantear una escena tan tierna me deja un poco fuera de juego el cambio de tercio.

  12. Buena narración de una tierna escena, en que los padres intentan enseñar al hijo aunque le es imposible aprender tan rápido como la vida le exige.
    Cuando hablas de los padres «mirando la muerte de la cría en silencio» me ha venido a la mente los problemas de los immigrantes/refugiados o en los países en guerra, donde es muy posible que haya personas presenciando impotentes la muerte de un hijo, o de cualquier otro familiar, o de cualquier otra persona. (Si ya nos duele verlo con un gorrión… )
    La frase final busca un paralelismo con la vida real financiera y de poderes, con la justicia lejos en muchas ocasiones. Ánimos por la parte que te afecta.
    Un saludo.
    Carme.

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