81. Mujer Maravilla
Era nuestra primera cita y conseguir un lugar decente no fue nada fácil. La mayor parte de edificios estaban en ruinas. La pelea fue breve, pues luego de un titubeo, la mujer maravilla encontró la fuerza divina para aniquilar a todo un ejército alemán. Claro, en ese derroche de fuerza desmedida, terminó devastando la ciudad. Nosotros no llegamos a tanta destrucción, nos habíamos conformado con esclavizar a la población. Fui el único sobreviviente y después de mucho esconderme logré hacerme de un uniforme francés. Deseaba venganza. Había tantas tuberías rotas que asearse no fue un problema. Una vez limpio fue fácil acercarse a tan temible amazona y traté, como falso parisino, conquistarla con tímidos arrebatos de pasión. Cierto, funciono y me encuentro frente a ella, compartiendo una tarta tropézienne y un café. Por primera vez se respira la paz. Los héroes tienen su punto débil y ya había encontrado el suyo. Pero los inmortales no mueren, su castigo es mucho más cruel, pues están destinados a vagar por siempre entre las tinieblas del espacio infinito. Esa noche, después de hacer el amor, terminaría con la vida de la mujer que nos había borrado del mapa junto con la bellísima París.
Héctor, bien contada y ambientada tu historia de fuerzas y supervivientes. Suerte y saludos